YA CASTIGARON AL CHANCHO: ¿CASTIGARÁN AL QUE LE DIÓ DE COMER?

Asevera un dicho popular que “la culpa no es del chancho, sino de quien le dio de comer”. Pero suele suceder que, a la hora del escarmiento, quien lleva la peor parte es el porcino.

La SSN acaba de sancionar duramente a Liderar Compañía de Seguros S.A., a raíz de sus hallazgos en una serie de investigaciones, que llevó adelante respecto “de distintas cuestiones relacionadas con la Póliza deResponsabilidad Civil emitida por LIDERAR COMPAÑÍA GENERAL DE SEGUROS S.A. a favor de T.B.A. S.A.”
Conforme reza la Resolución que comentamos, la Gerencia Técnica y Normativa, procedió a analizar las condiciones de la póliza Nº 16244 emitida por Liderar.
Parece ser que del informe de la Gerencia Técnica y Normativa se desprende,entre otras cuestiones, que la entidad había comercializado la mencionada póliza, sin que las condiciones técnico contractuales de la misma hubieran sido aprobadas previamente por la SSN. También se observaron inconsistencias en lo que hace al cumplimiento del régimen de tarifas aplicable y a la normativa sobre control interno.

Todas estas faltas graves, ameritan la sanción aplicada al asegurador.

Pero los pecados cometidos por Liderar, si bien graves, empalidecen ante los cometidos por el gobierno nacional y particularmente por la Secretaría de Transportes que otorgó las concesiones, cuya salud y cumplimiento se suponía que debía controlar.
La Resolución de la SSN destaca especialmente “la importancia que reviste el instituto del seguro, que no sólo involucra cuestiones económicas propias del comercio en general, sino que se manifiesta además en la esfera social, impactando en la comunidad en su conjunto.”
Y si la frase anterior es feliz y oportuna, mucho más lo es otro Considerando de la Resolución que comentamos en la cual se subraya, con toda razón, que “la cobertura que involucra el Transporte Público de Pasajeros trasciende en su esencia el derecho del asegurado, involucrando en su efectiva concreción los derechos de todos los ciudadanos”.

La Superintendencia, como conclusión de sus investigaciones, sanciona al asegurador con una MULTA de SEISCIENTOS VEINTIOCHO MIL OCHOCIENTOS CUARENTA Y CINCO PESOS ($ 628.845), magnitud que el suscripto no recuerda en otros casos.
Preguntas necesarias

Cuando terminé de leer la Resolución, no pude evitar pensar que la conducta del asegurador, sin perjuicio de la gravedad de sus faltas, ni produjo el accidente, ni traerá como consecuencia que los cientos de damnificados dejen de cobrar las reparaciones que les corresponda ante tan deplorable siniestro.

No puedo dejar de preguntarme si los que alimentaron al chancho de la corrupción recibirán las sanciones que correspondan. ¿Tendrán la misma diligencia y conciencia demostradas por este Organismo autárquico dependiente del Ministerio de Economía de la Nación?
¿Quién dispuso concesionar un ferrocarril, que transporta millones de personas mensualmente, exigiendo una cobertura por responsabilidad civil tan misérrima?
¿Había algún responsable de la autoridad concedente, encargado de revisar la vigencia y suficiencia de las pólizas?
¿A alguien se le ocurrió elaborar una hipótesis de pérdida máxima posible y de pérdida máxima probable, para diseñar el tipo y la cuantía del seguro que debía exigirse?
¿Qué oscuros motivos existieron para admitir que el ferrocarril tenga una póliza de responsabilidad civil menor a la que tiene cualquier automovilista privado?
El seguro de responsabilidad civil es la garantía que debe exigirse a quien opera una cosa potencialmente riesgosa, para que los daños que pudiera causar no queden sin reparación. Pero no constituye una medida preventiva del daño mismo.

¿Quién era el responsable de controlar que el material ferroviario circule en condiciones adecuadas de seguridad? ¿Por qué se hizo caso omiso a los informes de la Auditoría General de la Nación? ¿Esa persona, cuyo nombre desconocemos, está detenida o  al menos procesada o fue objeto de alguna sanción?

Es sabido que los medios de transporte urbano y suburbano de pasajeros, tienen un pasaje subsidiado y sólo pueden circular con sumas cuantiosas que reciben del gobierno nacional. ¿Quién controló que las fabulosas y millonarias sumas cobradas por los concesionarios, hayan sido destinadas a la prevención primaria de accidentes y a mantener en condiciones de seguridad los vehículos?

Según las noticias que leemos diariamente, todas las semanas tenemos un incidente o un accidente en las líneas ferroviarias: descarrilamientos, incendios, formaciones que no frenan adecuadamente, problemas en pasos a nivel, etc.

A la luz de lo ocurrido: ¿habrá alguien que haya revisado las pólizas de seguro de las otras líneas? ¿A alguien se le ocurrió rectificar y aumentar la ridícula cobertura exigida a los operadores?

¿Y si la SSN inspecciona a quiénes cubren a Metrovías, al Ferrocarril Belgrano, al Ferrocarril Mitre y al Sarmiento (que ya no siguen operados por TBA), al Ferrocarril Roca, al Ferrocarril Urquiza (que también tuvo un accidente con varios muertos y heridos) y a todos quienes transportan millones de personas diariamente? Quizá esas coberturas tampoco hayan sido emitidas con condiciones previamente aprobadas, o se incumplieron las tarifas aprobadas o se ignoraron los procedimientos de control interno.

Conclusión
Pero en fin…
Bien por la Superintendencia que aplicó una sanción ejemplar al chancho.
¿Quién sancionará severamente –como se merecen- a todos aquellos que le dieron y le siguen dando de comer?
¿Y cuándo?

Dr. Carlos José María Facal
Abogado
cfacal@facalmartin.com.ar

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4 Thoughts to “YA CASTIGARON AL CHANCHO: ¿CASTIGARÁN AL QUE LE DIÓ DE COMER?”

  1. Buenísimo,,, ahora, por qué en ExpoEestrategas, quien habló por las ART , señaló que los que trabajan en «negro» o violeta o a lunares,,, no estaban cubiertos en un accidente de trabajo,, ¿no es que se hace cargo el patrón o el fondo creado a tal fin?.
    Son nada mas que interrogantes, en un artículo que me hizo reir ,,,, pero porque me pone nervioso!!!

  2. Respuesta del doctor Facal:
    Yo también escuché al Lic. Aimaretti y me quedé sorprendido de su equivocación, porque Aimaretti conoce el tema.
    Interpretándolo, debió haber querido decir que si alguien estaba en negro, no cobraba rápida y directamente de la ART, porque debe reclamárselo a su patrón y ante su insolvencia recién puede ir al Fondo de Garantía, lo cual significa mucha demora, aunque no la ausencia de derecho.
    Cordialmente C.J.M.Facal

  3. Excelente, como no podía ser de otra manera, el artículo del Dr. Facal. De todos modos, en la Argentina actual, ningún castigo tendrán quienes le dieron de comer al chancho.

  4. Excelente.Es necesario que ocurra una tragedia como la de Once para que quede en evidencia la falta de control. Un caso màs y van….

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