El tránsito es un hecho cotidiano y está presente en cada una de nuestras vidas, con el solo hecho de salir a la calle y tomar contacto con el”
La “inseguridad vial” constituye un trágico flagelo para la sociedad de nuestro tiempo.
La muerte en estos casos, se presenta en el instante menos esperado, sin dar preaviso y golpea muy fuerte.
Nadie está debidamente preparado para recibirla. No es como cuando hay una enfermedad. Es que morir así pareciera algo ajeno, algo “no hecho para nosotros”, porque, lo vemos en la crónica cotidiana, “siempre es algo que le pasa a los otros”.
Habiendo tantos vehículos circulando por las rutas y calles, es absurdo pensar que eso justo nos vaya a pasar a nosotros, y parece absurdo preocuparse tanto
Pero realmente lo que no tiene sentido es morirse así sin haber hecho todo lo que esté a nuestro alcance para evitarlo, haciendo al mismo tiempo una vida normal.
Y qué es lo que podemos hacer? Primero entender el problema, y para entenderlo hay que conocerlo. Saber que la raíz está en el propio ser humano, víctima y victimario dentro de su propia especie.
Son las propias actitudes personales y los comportamientos, cuando no son los adecuados, los que pueden llevar a la auto – destrucción, o lo que es más grave aún, a la destrucción de otros seres humanos, en la mayoría de los casos víctimas inocentes.
La sociedad en su conjunto debería asumir la “responsabilidad ciudadana” de cuidar la vida de todos sus integrantes.
En Argentina aproximadamente muere una persona por hora en siniestros de tránsito y hace diez años que ese promedio no se modifica lo que nos ubica en una posición muy comprometida con respecto a otras Naciones del Mundo.
La “responsabilidad vial” es una de las prácticas concretas que tenemos “aquí y ahora” para mejorar la sociedad en la que vivimos,
Por último para enfrentar el desafío: Los Estados (Nacionales, Provinciales y Municipales) deberían dejar de “preocuparse” por la “inseguridad vial”· y comenzar a “ocuparse” con políticas preventivas que constituyan un profundo ahorro de sufrimiento y de tragedias que a diario nos ocurren.
Miguel Angel Biarnés (Analista en Accidentología Vial)