La 6º Semana Mundial de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial, que bajo el lema “Calles para la vida” (Streets for Life) #Love30, desde Luchemos por la Vida, junto a otras ONG contribuimos a promover en Argentina en mayo de este año, con importantes logros, lanzó públicamente el objetivo de la Reducción a 30 km/h en calles para lograr ciudades más seguras, saludables, verdes y habitables.
Los más vulnerables en el tránsito resultan los principales beneficiarios de esta medida. Entre ellos se cuentan los niños del mundo que se mueven a pie o en transporte público o privado. Como peatones, los niños pequeños, menores de 8 años son especialmente frágiles, no solo por su poca resistencia física en caso de ser atropellados sino también por sus limitaciones psicofísicas.
Cuáles son las principales limitaciones físicas y psicológicas de los niños pequeños:
- Tienen una estatura pequeña que les dificulta, en algunas situaciones, la visión del lugar. A su vez, son menos visibles para los automovilistas.
- La amplitud de su campo visual, su visión lateral, está reducida casi un tercio en comparación con la de los adultos.
- Tienen dificultades para calcular las distancias y velocidades de los vehículos que se mueven en la vía pública.
- Se distraen con facilidad ante cualquier estímulo, por ejemplo, la llamada de un amigo, una pelota que se les escapa, un perro que cruza, un objeto que se les cae, etc.
- Los más pequeños no tienen conciencia del peligro. Imitan a los mayores, sin conciencia de los riesgos que estos asumen.
Por su seguridad, los más chicos deben caminar en la vía pública acompañados siempre por sus mayores, y por supuesto, ellos deben darles el buen ejemplo moviéndose con seguridad.
Si bien no hay ninguna medida aislada que, por sí sola, permita abordar todos los riesgos a los que se enfrentan los peatones -en especial los niños- en diferentes entornos, entre las más eficaces se encuentran, por ejemplo: la limitación de la velocidad de los vehículos; la separación de los peatones del resto del tránsito por aceras y pasos de peatones; el aumento de la visibilidad de los peatones, el comportamiento responsable de todos los usuarios de las vías de tránsito; la promulgación de leyes apropiadas en relación con esas medidas y la mejora de su observancia, control y sanción para los infractores.
Para cuidar la Vida, es mucho lo que se puede hacer para facilitar los desplazamientos a pie, proporcionando infraestructura segura, fiable y accesible a todos los peatones.