Hace muy pocos días, el 10 de junio, se conmemoró el Día Nacional de la Seguridad Vial, y en esa fecha decíamos de promover la educación vial como estrategia para reducir los accidentes de tránsito.
Según la Organización Mundial de la Salud, la inseguridad vial en el mundo se ha convertido en una endemia social. Por esto se llama a un profundo cambio cultural, a fin de revertir la problemática del tránsito en nuestro país.
Argentina no sólo lidera las estadísticas de siniestros y cantidad de víctimas, sino que además este tipo de accidentes constituye la primera causa de mortalidad, por encima de todas las enfermedades.
HOY MÁS QUE NUNCA HACE FALTA CAMBIAR LOS TÉRMINOS
BASTA DE:
- IMPERICIA: Falta de cuidado y diligencia de una persona en lo que hace, en especial en el cumplimiento de una obligación.
- IMPRUDENCIA: El no tomar precauciones para evitar un riesgo o actuar en forma precipitada.
- NEGLIGENCIA: Es lo opuesto al sentido del deber. Es el descuido y la falta de aplicación.
- ANOMIA: Es un estado que surge cuando las reglas sociales se han degradado o directamente se han eliminado y ya no son respetadas por los integrantes de una comunidad.
Y POR FAVOR TODOS JUNTOS REEMPLACEMOLOS YA POR:
- ETICA: La vida y la salud humana es lo primordial, y tienen prioridad sobre la movilidad y otros objetivos del sistema de accidentes viales
- RESPONSABILIDAD: Las entidades y autoridades responsables del sistema de tránsito comparten la responsabilidad con los usuarios del sistema.
- SEGURIDAD: Los seres humanos cometen errores; por consiguiente, el sistema de tránsito debe tener eso en cuenta para reducir al mínimo la posibilidad de que se produzcan y el daño que pueda derivarse de ellos.
- MECANISMOS DE CAMBIO: Las entidades y las autoridades responsables del sistema de tránsito deben hacer todo lo posible para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos. Deben cooperar con los usuarios de las carreteras, y ambas partes deben estar dispuestas a cambiar para lograr el objetivo de seguridad deseado.
Miguel Ángel Biarnés
Analista en Accidentología Vial
Estimo importante el comentario. Es costumbre de los argentinos analizar las consecuencias de los hechos producidos y no preverlos.
Ahorrando aportes que fundamentan mi opinión, expreso que los micros de doble piso deben ampliar la distancia entre ruedas (trochas), en la proporción que aumenta su altura y tener un centro de gravedad que corresponde, con varias jaulas antivuelco que protejan a quienen viajan en cualesquiera de sus planos, y que les permita utilizar cinturones de seguridad con un seguro anclaje.
Son pajareras de alambre que cuanto más se deforman más muertos habrá. Y si no hay caminos anchos que lo permitan, no deberán transitar en nuestro país. He tenido la oportunidad de transitar por rutas de Europa y estos vehículos no los he visto. Sólo en las capitales y para turismo urbano con velocidades que no exceden los 30 kilómetros.
Definitivamente deben prohibirse. Atacando las causas, no habrá lugar para el comentario de desgraciadas consecuencias. El Estado es el responsable que autoriza irresponsablemente su fabricación.
Juan Ramón Michelli (PAS)