ESPECIAL PARA EL SEGURO EN ACCION.
POR JORGE TARLING, ADMINISTRADOR DE RIESGOS Y SEGUROS (Mat.46477) . COLABORÓ HERNÁN CHAMMAH (Mat. 71481).
El mercado asegurador argentino se encuentra en una encrucijada histórica. Décadas de políticas erráticas, laxitud en el control y falta de visión a largo plazo han erosionado la confianza y la solvencia del sector. Es hora de reconocer que estamos navegando a la deriva y tomar el timón con firmeza para enderezar el rumbo.
La esencia del seguro, esa promesa de estar presente en el momento de la verdad, se ha desdibujado. La proliferación de aseguradoras oportunistas, atraídas por barreras de entrada irrisorias, ha inundado el mercado de promesas vacías. La falta de cumplimiento sistemático de estas compañías, especialmente en reclamos de terceros, deja a los asegurados desprotegidos y vulnera la función social del seguro.
La pandemia y la crisis económica han exacerbado esta situación. Aseguradoras con tarifas irresponsables y una gestión deficiente se han visto forzadas a incumplir sus obligaciones, dejando a los asegurados a la intemperie. La falta de regulación en los plazos y formas de pago de los reclamos de terceros agrava aún más el problema, permitiendo abusos y dilaciones que perjudican a los damnificados.
Es importante destacar que esta problemática se ve agravada por la acción de algunos colegas productores asesores de seguros (PAS), quienes, en una actitud temeraria, comercializan seguros de compañías que saben que no revisten una situación de solvencia acorde y una gestión responsable. Esta práctica no solo profundiza el daño a la sociedad, sino que también socava la confianza en el sistema asegurador en su conjunto.
Además, la actual matriz de formación de los PAS, basada en un curso de corta duración (PCA), resulta insuficiente para prepararlos adecuadamente para intermediar en todo tipo de riesgos. Es necesario un cambio de paradigma, con una formación más profunda y rigurosa, a través de tecnicaturas o licenciaturas, que garantice un mínimo de tres años de preparación. Asimismo, la capacitación anual obligatoria (PCC) debe ser revisada en profundidad, eliminando contenidos irrelevantes y permitiendo a los profesionales elegir los niveles y temas de capacitación según sus necesidades y experiencia.
La Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) debe liderar este proceso de transformación, promoviendo la innovación y eliminando estructuras y organismos obsoletos que no contribuyen a un mercado serio y transparente. Es fundamental elevar la calidad profesional de los PAS para que puedan asesorar adecuadamente a los asegurados y proteger sus intereses.
No podemos olvidar que el asegurado es el corazón del sistema. Todas las acciones deben estar orientadas a proteger sus intereses y garantizar que el seguro cumpla su función social. Esto implica también incrementar los límites de responsabilidad civil automotor, que hoy son irrisorios en comparación con la década del 90, y regular la contratación de seguros obligatorios en todo el país, como ya se hace con éxito en la Ciudad de Buenos Aires.
Por último, si bien no tiene la trascendencia de los temas tratados precedentemente, no puedo dejar de expresarme sobre un tema de mucha actualidad en el sector. La resolución 217/2024 de la SSN, sobre la regulación del servicio de Asistencia al viajero. Estoy de acuerdo con la eliminación del servicio de asistencia al vehículo por avería, ya que no es una actividad que responda al core del negocio y desviaba recursos económicos y humanos. Sin embargo, eliminar este servicio en contratos vigentes genera preocupaciones jurídicas y de confianza en el sector asegurador. Esta medida infringe los artículos 12 y 73 de la Ley de Seguros 17.418, que requieren aceptación mutua para modificar contratos y el cumplimiento de las condiciones pactadas. Además, viola principios del Código Civil y Comercial (artículos 9, 958 y 959) y de la Ley de Defensa del Consumidor (artículos 4 y 19), que abogan por la buena fe, la autonomía de la voluntad y la obligación de informar adecuadamente. Este precedente es antijurídico y socava la confianza de los consumidores. Es crucial que el mercado asegurador reflexione sobre estas acciones para evitar controversias futuras y mantener la integridad y transparencia en las relaciones contractuales.
El mercado asegurador argentino tiene el potencial de ser un pilar fundamental para el desarrollo económico y social del país. Pero para lograrlo, necesitamos un cambio de paradigma. Necesitamos recuperar el ADN del seguro, basado en la confianza, la solvencia y el cumplimiento de la promesa.
Es hora de despertar al gigante dormido. Es hora de que todos los actores del mercado, aseguradoras, productores, asegurados y autoridades de control, trabajemos juntos para construir un futuro sólido y sostenible para el seguro argentino.
¡El momento de actuar es ahora!
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Argentina, a pesar de tener un mercado considerablemente más pequeño que Brasil, cuenta con una cantidad desproporcionadamente mayor de aseguradoras. Esta situación plantea interrogantes sobre la sostenibilidad y competitividad del mercado, y resalta la necesidad de consolidación y fortalecimiento del sector.
Este es un llamado a la reflexión sobre el potencial de crecimiento del mercado asegurador argentino, especialmente en el ramo Vida. Un mercado de seguros de personas fuerte no solo protege a los individuos y familias, sino que también contribuye al desarrollo del mercado de capitales y al crecimiento económico del país.