ESPECIAL PARA EL SEGURO EN ACCION
Por Walter Wörner (*)
Con el aumento de la expectativa de vida crece también la necesidad potencial de cuidados personales prolongados y, obviamente, el costo a asumir en caso de necesitarlos.
La posibilidad de cobertura a través de un seguro es la forma más conveniente de protección del patrimonio y de preservación de los ahorros familiares, sobre todo para quienes no están cubiertos a través de un plan médico integral que comprenda esta contingencia. De esta manera también es posible evitar la necesidad de una venta forzada de activos para hacer frente a estos costos, que frustraría la voluntad de “preservar la herencia”. En muchos casos las personas mayores son “ricas en activos pero pobres en ingresos”.
Más allá del impacto emocional, económico y en la dinámica familiarinmediato de una enfermedad severa o de una lesión como consecuencia de un accidente que pueda implicar la imposibilidad de realizar alguna(s) de lasactividades básicas de la vida diaria, el problema grave es laextensión de esta necesidad en el largo plazo. Sobre todo en caso de enfermedades crónicas y progresivas, de deficiencia cognitiva, con alta dependencia y supervivencia, o de lesiones de consecuencias irreversibles. Y más crítico aún si se trata de personas jóvenes.
En definitiva, son cuidados que sobrepasan los límites de tiempo convencionales y que son necesarios para personas dependientes, convalecientes, con problemas crónicos, o en fase terminal. Long-term (health) care, como se los denomina en los mercados anglosajones.
Es importante que el Productor Asesor incorpore a su oferta de asesoramiento integral esta cobertura de creciente valor percibido, como parte del proceso de planificación y de propuesta de un programa de coberturas a diseñar para cada cliente. Y parainducir a su cliente -asegurado o potencial-, como en relación con cualquier riesgo, a tomar una decisión en forma oportuna, ya que se puede materializar (el riesgo) antes de haberse contratado y entrar en vigencia la cobertura. Para decirlo claramente: mañana puede ser tarde.
La necesidad de contar con asistencia física profesional en caso de no poder realizar alguna(s) de las actividades básicas (normales) de la vida diaria, deficiencia cognitiva, necesidad médica justificada por un Plan de Cuidados prescripto por un profesional médico, pone en agenda el desafío de desarrollar coberturas que permitan o contribuyan afinanciar-total o parcialmente, y aunque sea temporalmente- el costo de esta atención (riesgo a cubrir).En nuestro mercado algunas aseguradoras han incorporado esta cobertura como rider (cláusula adicional) de un seguro de vida o de salud. Esta cobertura también puede ser desarrollada como un plan stand-alone, sin o con coberturas adicionales. Los planes pueden ser de contratación individual o estructurarse como un seguro colectivo para cualquier grupo de personas unidas entre sí por un interés específico, anterior y distinto del de contratar el seguro, que es la definición de grupo asegurable bajo un seguro colectivo.
Una simple enumeración de (algunas) causas permite dimensionar esta necesidad sobre la que es necesario generar conciencia:
-Longevidad: el aumento de la expectativa de vida y la manifestación de enfermedades propias de personas de edades avanzadas (por no usar la expresión ‘vejez’, a la que prejuiciosamente se le atribuyen connotaciones negativas).
-Incremento considerable de los índices de dependencia de los adultos mayores.
-Estructuras familiares más reducidas (hogares unipersonales, familias monoparentales, por ejemplo) y, cada vez más, dispersas (no solo geográficamente…). Si bien el principal apoyo social de las personas mayores en nuestro país sigue siendo la familia, cada vez menos hay quien pueda ‘ocuparse responsablemente’ de la atención de un familiar dependiente, tarea ‘no remunerada’ que hasta ahora generalmente estuvo a cargo de la mujer, y que con la pandemia se volvió aún más esencial y ‘visible’.
-Necesidad de contar con ingresos duales para el sostenimiento económico del grupo familiar, y/o por aspiraciones de autorrealización.
-Costos difíciles de afrontar en casos de sobrevidas probables extendidas y requerimientos de atención vitalicia y, más crítico aún,de ser necesarios servicios médicos especializados.
-Impacto creciente de enfermedades que implican deficiencias cognitivas (Alzheimer, por ejemplo) y casos de senilidad, precoz o por edad avanzada.Se entiende por senilidad al estado patológico de debilitamiento físico y mental que padecen algunas personas ancianas y que sobrepasa el grado de pérdida de facultades propio de la vejez.
-Ingresos insuficientes de la mayoría de los jubilados, pero también de quienes deberían hacerse cargo (ingreso promedio vs. costo promedio de las prestaciones).
-Enfermedades o lesiones que puedan requerir cuidados especializados prolongados o vitalicios.
Desde una perspectiva de negocio, y junto con el de las viviendas asistidas, el de los cuidados prolongados es uno de los de mayor potencial. Servicios dirigidos a adultos mayores (tercera y cuarta edad), para asegurar una buena calidad de vida e independencia financiera, y no tener que depender de los hijos, de terceros, de la caridad o del Estado. Y para la protección financiera de aquellos de quienes dependen o deberán depender. Pero en el caso de cuidados prolongados no excluyentemente para personas de edad avanzada, ya que también debemos considerar las probabilidades deque como consecuencia de una enfermedad o de una lesión puedan requerirse cuidados personalesprolongados o vitalicios para personas de edad no avanzada, en instituciones especializadas habilitadas o, de ser posible, en el hogar (“no hay mejor lugar para cuidarte que tu casa”).
El beneficio se activa cuando a causa de una enfermedad o de una lesiónconsecuencia de un accidente el asegurado se encuentre impedido de realizar en forma autónoma (sin la asistencia de otra persona) al menos dos o tres, de acuerdo con las condiciones establecidas, de las actividades de la vida diaria consideradas básicas y requiera la asistencia física de otra(s) persona(s) para realizarlas. El impedimento deberá ser dictaminado por un médico.
Las actividades consideradasbásicas de la vida diaria son las siguientes:
-Higienizarse (necesidades corporales / ir al sanitario): capacidad de desplazarse hasta y desde el inodoro, y de sentarse y levantarse del mismo realizando la higiene personal.
-Alimentarse: capacidad para consumir alimentos que ya han sido preparados, ingiriendo la comida de un recipiente (plato o taza), sin o con el uso de utensilios de adaptación.
-Vestirse: capacidad para ponerse o quitarse toda clase de prendas, incluso prótesis, miembros artificiales y aparatos ortopédicos médicamente necesarios.
-Bañarse. Capacidad para lavarse todas las partes del cuerpo utilizando elementos de aseo, comprendiendo la acción de entrar y salir de la bañadera o de la ducha.
-Incorporarse y desplazarse (también ‘traducido’ como transferirse): capacidad para sentarse y levantarse de un asiento, comprendiendo una silla de ruedas, o dela cama.
Como en otras coberturas relacionadas con la salud, entre otros factores los costos dependen del período de esperay de las carencias que se establezcan, de si el beneficio es o no retroactivo, y de su duración máxima, que puede estar establecido como una renta diaria o mensual, bajo modalidad indemnizatoria o de reintegro de gastos facturados por el prestador del servicio, con un monto (beneficio) máximo (diario o mensual) y una franquicia (expresada en días) establecidos en la póliza. Obviamente hay carencias y exclusiones (riesgos no cubiertos).
Existen empresas especializadas de cuidadores / acompañantes de salud profesionales capacitados y habilitados para asistir tanto a pacientes domiciliarios como a personas internadas en establecimientos especializados.También algunas comunidades y ONGs brindan algunos de estos servicios de asistencia.
Se va ampliando la oferta de formación profesional y su habilitación para esta especialidad cuya demanda y valorización social, junto con la de otros servicios personales, irá creciendo progresivamente y constituye una salida laboral para quienes tengan vocación de servicio, empatía ytemplanza.
Otro desafío y oportunidad para nuestro sector.
(*) Walter Wörner, especialista en seguros de personas. Coordinador del Programa Ejecutivo de Seguros de Personas AVIRA-UCA. Docente (AAPAS, UAI, IUEAN).