La Cultura de la Rebelión

Por Gabriel Mysler, CEO de Innovation@reach

Especial para El Seguro en Acción.

(Si creemos que nos va bien, no habrá innovación)

Muchas veces discutimos sobre lo que es necesario tener, ser o hacer para poder innovar. Me gusta pensar que la falta de sentido de urgencia es la que nos ayuda a seguir procrastinando los cambios que en algún lugar de nuestra intuición y de nuestra razón sabemos que tenemos que hacer.

¡La pregunta es cómo hacer para animarnos a innovar justo en el momento en el que nos está yendo bien!  Esto es equivalente a comprender que no es que tenemos que salir de nuestra zona de confort -como muchos intentan convencernos – sino que tenemos que agrandar nuestra zona de confort. Tenemos que poder estar cómodos en más lugares. Debemos que ser capaces de explorar lugares en los que todavía no estamos cómodos para poder también estar cómodos en ellos.  ¡Es allí donde vamos a encontrar los espacios de mejora y los espacios de innovación!  Es sano pensar que las reglas, las realidades y las verdades reveladas no están para ser negadas ni aceptadas sin más, sino que están para ser puestas a prueba. ¿Se entiende el concepto? No se trata de oponerse a las reglas y a los estándares, sino de ponerlos a prueba permanentemente.

Cuando en Ciencia se habla de la validación de una hipótesis, lo que intentamos es probar que es la hipótesis es falsa: no que es verdadera.  Si no puedo probar que la hipótesis es falsa, entonces probablemente sea verdadera.  Esto es definitivamente un cambio de actitud y un cambio de mentalidad respecto de cómo vemos nuestra realidad.  La invitación que te hago es intentar permanentemente poner a prueba nuestro éxito para poder sostenerlo.

Las reglas están para ser puestas a prueba, para ser desafiadas. Los límites deben estirarse.  Esto es lo que llamamos “Cultura de la Rebelión”. No aceptar las restricciones ni el éxito como fijos e inamovibles. Se trata de correr los límites.

¿Cómo hacer para dejar de pensar que el futuro es una proyección del pasado?

Claramente tener éxito es una bendición. Y no me refiero al milagro, sino al fruto del esfuerzo, del trabajo, de sentido de oportunidad y tal vez del azar. Pero el éxito también nos “achancha”, nos vuelve más protectores de lo logrado y más conservadores. El éxito – es bueno recordarlo – nos encandila.

¿Cómo balancear el cuidar lo que tenemos con la destrucción programada?  Es decir, como planear la obsolescencia de nuestros productos y servicios proactivamente comprendiendo los cambios de tendencias, estilos y deseos. ¿Cómo aprender del éxito y no sucumbir a él? ¿Cómo estar cómodo en más lugares, no solo en los que ya que estamos y somos buenos? Esto es lo que muchas veces se llama “La trampa del éxito”. Una cultura de la Rebelión es el mejor antídoto. Es reconocer el poder cegador de nuestra propia experiencia y nuestro conocimiento.

Innovar implica dejar de transitar por eso surco ya marcado por nuestra propia experiencia y lo aprendido y probado. Salir de un surco profundo es difícil. Es cómodo y “seguro” viajar en él, pero también es difícil salir de él. No basta con un impulso liviano, volveremos al surco. La fuerza deberá ser fuerte y decidida.

Hacia una Cultura de la Rebelión

Una Cultura de la Rebelión necesita de dos factores importantes:

1) Poder gestionar el Cambio 

2) Saber elegir inteligentemente entre Rentabilidad y Opcionalidad

El primer factor – Gestión del Cambio (Change Management) – además de poder incluir, inspirar y movilizar personas y deseos, significa por sobre todo construir puentes. Tender puentes entre el lugar en el que estoy (o está mi gente / empresa) y el lugar al que quiero llegar (o quiero que lleguemos). No hablamos de UN puente, hablamos de puentes. Los puentes pueden ser sucesivos, ir para adelante y para atrás, pero siempre con la mira en el objetivo final.  Una cultura de rebelión comprende qué puentes deben trazarse, qué escollos deben saltar y por sobre todo quiénes los van a transitar.  Gestionar el Cambio es gestionar los miedos. No tememos al cambio, tememos a los que podemos perder con los cambios.

El segundo factor es filosóficamente más complejo. Implica poder sopesar si voy a elegir Rentabilidad u Opcionalidad. O en que proporciones haré la mezcla. La Rentabilidad me habla del resultado de mis acciones, la Opcionalidad me marca las oportunidades que me darán mis acciones.  La opcionalidad me invita a pensar que las mejores decisiones son las que nos dan más opciones a futuro, las que abren puertas. Cuando elegimos que camino tomar, las decisiones de corto plazo por dinero, margen, prestigio o visibilidad no necesariamente abren más opciones… A veces las decisiones más acertadas son las que nos ofrecen horizontes más abiertos y múltiples posibilidades.

La innovación aparecerá cuando podamos estar cómodos con la incomodidad. La Cultura de la Rebelión nos invita a salir de los lugares seguros y cómodos y nos permite no saber y fallar desestigmatizando el error. La Cultura de la Rebelión es – como ya sabemos – en mejor antídoto contra la Trampa del Éxito.

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