Francisco Astelarra

Discurso pronunciado en el acto de celebración del Día del Seguro:

SEÑOR SECRETARIO DE SERVICIOS FINANCIEROS DEL MINISTERIO DE FINANZAS, ING. LEANDRO CUCCIOLI

SEÑOR SECRETARIO LEGAL Y ADMINISTRATIVO DEL MINISTERIO DE FINANZAS,  DR. CARLOS LO TURCO

SUPERINTENDENTE DE SEGUROS DE LA NACION, DR. JUAN PAZO

SUPERINTENDENTE DE RIESGOS DEL TRABAJO,  DR. GUSTAVO MORON

SEÑORES LEGISLADORES,  MIEMBROS DEL PODER JUDICIAL,

REPRESENTANTES DEL CUERPO DIPLOMÁTICO, DEL SECTOR EMPRESARIO NACIONAL  E  INTERNACIONAL,  SEÑORAS Y SEÑORES

Una vez más nos encontramos para festejar el día del seguro. Este año tenemos un festejo adicional: el 80 aniversario de la SSN. No caben dudas que nuestra actividad necesita estar regulada no solo en nuestro país sino en todo el mundo. Nuestras felicitaciones a todos los que han integrado la SSN en el pasado y el presente cumpliendo sus funciones.

Como ya hemos dicho en otras oportunidades, el mundo se enfrenta a una revolución tecnológica  que lejos de ser un hecho aislado ya es una tendencia de largo plazo. Esta revolución está cambiando la forma en la cual las personas se relacionan con las aseguradoras en todas las etapas del negocio.  Esta realidad nos genera un enorme desafío: la modernización de todos los actores de nuestra actividad.

Nuestro sector y la SSN, como su órgano de control, ya han iniciado este proceso de modernización, el que redundará en una mejor utilización de los recursos para el crecimiento, la mejora del servicio y la fiscalización. En este campo debemos destacar el muy buen dialogo que tenemos con el señor Superintendente, los gerentes y personal del Organismo de Control, como así también con los funcionarios de la Secretaría de Modernización.

Este proceso de modernización debería darse en dos ámbitos: el de la relación de las aseguradoras, PAS y otros actores con la SSN, proceso ya iniciado y en el ámbito interno de los actores mencionados, especialmente las aseguradoras. Es por ello de vital importancia que la regulación acompañe la incorporación de la nueva tecnología, que derive en nuevos procesos de gestión y que a la par de mejorar los servicios al asegurado, a los PAS y otros actores, permita la reducción de costos.

La regulación deberá contemplar un desarrollo continuo, evitando volver al pasado y considerar muy especialmente que cada norma haya sido evaluada en función de los costos y beneficios que la misma tiene para las aseguradoras, el asegurado y el propio Organismo. Por otra parte, sin desconocer la facultad legal del Organismo de Control de dictar las normas para el mercado, es importante tener presente que la mejor norma es la que surge luego de un proceso de diálogo como el que tenemos actualmente.

Por otra parte, el proceso de modernización debería ayudar a incluir a los sectores de bajos ingresos, dándoles protección y aliviando situaciones de vulnerabilidad. La incorporación de nuevas tecnologías en la venta, cobranza de primas y pagos de siniestros, permitirá bajar costos, tornando accesibles los seguros a este segmento de la población.

Una vez más no podemos dejar de mencionar la elevada presión impositiva que afecta al sector como consecuencia de los impuestos nacionales, provinciales y municipales. Continuamos pagando el IVA sobre la prima emitida en lugar de la prima cobrada. Esta presión encarece el precio,  afectando la demanda de seguros. Seguimos solicitando se apruebe el balance ajustado por inflación.

La litigiosidad es uno de los grandes problemas que inciden en la actividad aseguradora ya sea en las coberturas de responsabilidad civil como en la de riesgos de trabajo, afectando significativamente la productividad de la economía. Así lo ven los empresarios, cualquiera sea el tamaño de la estructura que manejen, muchos de los sindicatos, el propio gobierno y buena parte de la oposición. Este consenso tripartito y político sobre la problemática más los buenos indicadores de gestión del sistema de Riesgos del Trabajo en materia de prevención de accidentes y otorgamiento de cobertura, permitió que, en febrero de este año, se acordara una ley complementaria a la Ley sobre Riesgos del Trabajo con el objetivo de bajar el número de demandas por esta causa. Para dar una idea de la dimensión del problema, sólo en 2016 se alcanzó la disparatada e inmanejable cifra de 127 mil nuevos juicios.

Pareciera que comienzan a observarse los primeros “brotes verdes” cuantitativos y cualitativos. La nueva Ley en funcionamiento de inmediato en la Ciudad de Buenos Aires, muestra los primeros indicios positivos en términos de disminución del número de demandas con una caída anual a setiembre de 2017 del 44% y en el total del país, del 16%. También en materia de sentencias comienzan a verse algunos “brotes verdes” que alientan a seguir trabajando en pos de la Reforma. Recientemente hubo importantes novedades jurisprudenciales provenientes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación dando seguridad jurídica y certidumbre al Sistema, al fallar a favor de la utilización obligatoria de las fórmulas indemnizatorias de la Ley y revocando casos de arbitrariedad de algunas sentencias. También la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo se expidió sobre la obligatoriedad de utilizar el Baremo.

El nuevo procedimiento previsto por la Ley, para ser aplicable, requiere la adhesión de las provincias a la Ley Nacional, excepto en CABA que su aplicación fue automática. Este trámite fue realizado por Córdoba y está a medio camino en la provincia de Buenos Aires. Provincia en la que los juicios crecieron en el último año un 53%. Es costosa esta demora de la Provincia de Buenos Aires. Sabemos que es prioridad de este Gobierno el tratamiento de esta cuestión.

La litigiosidad en riesgos del trabajo es alta, pero somos muchos los actores que estamos trabajando para que baje y se han comenzado a vislumbrar los primeros resultados. Es necesario seguir afianzando la Reforma en otras provincias y en la Justicia, de manera tal que el Sistema de riesgos del trabajo vuelva a ingresar en el círculo virtuoso en el que menos accidentes, menos juicios y una buena atención de las contingencias se traduzcan en costos ciertos y predecibles que favorezcan la generación de empleo, especialmente el registrado.

El sector de seguros de personas siguió creciendo según la tendencia de los últimos años, registrándose un aumento del 23% en el último ejercicio. El 91%, sigue correspondiendo a seguros de Vida en sus diferentes modalidades, con un peso mucho mayor en los seguros colectivos. El 9% restante corresponde a los seguros de Retiro, que si bien es una porción menor concentra expectativas de un importante desarrollo a mediano plazo. Especialmente si la economía mantiene y aumenta el crecimiento de estos últimos meses, se logra estabilizar la inflación y se actualizan los incentivos fiscales.

Este último no es un tema menor para la industria de seguros de Vida y Retiro. Sabemos que las autoridades así lo entienden y están aguardando el momento oportuno para actualizar los valores congelados en 1992, a cifras significativas para 2017, que, por cierto, esperamos que sea en breve.

Entendemos que las compañías de seguros en general, pero muy en particular, las de Vida y Retiro estamos destinadas a desempeñar un rol relevante en el mercado de capitales en nuestro país, tal cual como ocurre en la mayoría de los países desarrollados.  Acumulamos fondos a largo plazo y necesitamos prestarlos a períodos equivalentes. Hoy nuestra cartera supera los 84 mil millones de pesos. Podemos financiar inversiones productivas y en infraestructura.  Incluso necesitamos una variedad mayor de activos para distribuir nuestras carteras.

No hay país que crezca, sostenidamente, sin ahorro interno. Los seguros de vida y retiro son un vehículo ideal para generarlo. Nuestros productos pueden convertirse en el tercer pilar voluntario de la seguridad social, consolidándose en ahorros voluntarios y como complemento del sistema previsional.  Estamos trabajando en su desarrollo conjuntamente con la Superintendencia.

Debemos entender que enfrentamos un mundo diferente. Baja natalidad, sobre vida prolongada y menos activos por cada pasivo. Un claro escenario de envejecimiento poblacional. Esto nos exige encarar el desafío del financiamiento de este cambio demográfico. Somos los actores principales, los especialistas en este tema y queremos ser consultados al respecto.

Estamos comprometidos en la generación de conciencia aseguradora en la población a través de una importante presencia mediática, y de métodos alternativos y no convencionales para tratar de llegar a públicos amplios. Estamos firmemente convencidos de que cuando la gente entiende el beneficio de tener una cobertura de vida o de retiro, ya no hay vuelta atrás. Fidelizamos su decisión y le ayudamos a estar preparado ante lo impredecible. El futuro se comienza a construir hoy.

Para finalizar, queremos expresar que en estos tiempos de cambios vemos el futuro de nuestro sector con mucho optimismo. Somos conscientes de que nuestras posibilidades   de crecimiento y desarrollo dependen del compromiso de todos sus actores. Confiamos en continuar dialogando entre todos y en equipo con el sector público para el bienestar de todos los argentinos.

FELIZ DÍA DEL SEGURO

MUCHAS GRACIAS

Francisco Astelarra

Presidente de la Asociación Argentina de Compañías de Seguros

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