Incluye 157 denuncias presentadas entre 2011 y 2016. Santa Fe es renuente al Seguro Ambiental Obligatorio (SAO), cuya sola exigencia paliaría la polución en la región
Vecinos del cordón industrial de la Ciudad de Rosario en colaboración con la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) elaboraron un “mapa de contaminación” del Gran Rosario, que incluye 157 denuncias realizadas hasta el año 2016 en una provincia que hasta ahora es renuente a exigir el Seguro Ambiental Obligatorio (SAO).
Una síntesis del trabajo, con fotografías, constituido en una cartografía social de la contaminación ambiental y laboral en el Gran Rosario, fue publicada por la página web www.rosarioplus.com que informó que la iniciativa incluyó la realización de talleres de capacitación y sensibilización en Puerto General San Martín y en San Lorenzo con participación de organizaciones sociales y sindicales del Gran Rosario y la organización Taller Ecologista.
El “mapa de contaminación” incluye denuncias realizadas entre 2011 y 2016, pero el proyecto continúa abierto a la colaboración de vecinos que observen casos de contaminación. En algunos casos se denuncia un exponencial crecimiento de cuadros de cáncer de colon en Capitán Bermúdez, enfermedades respiratorias en niños, bebés y ancianos en Timbúes y Puerto General San Martín, entre otras.
Para prevenir y corregir esas circunstancias, existe en el orden nacional el SAO del Art. 22 de la Ley General de Ambiente N° 25.675, que cada jurisdicción puede adaptar a sus características regionales, respetando sus presupuestos mínimos, pero la provincia de Santa Fe ha sido renuente a su aplicación, invocando pretextos absurdos frente al daño que la inobservancia de la exigencia causa a la sociedad.
Por el Decreto N° 1879 de 2013, la provincia dictó su normativa complementaria, pero cada seis meses fue prorrogando por otros seis meses el comienzo de la aplicación de la exigencia, sensibilizándose con el requerimiento de los industriales y con excusas incomprensibles. La última prórroga ya ha transcurrido, por tanto Santa Fe está en condiciones de reclamar el SAO a los sujetos obligados a la contratación, pero hasta ahora la provincia no lo está exigiendo. La sola gestión del SAO implicaría una sensible reducción de la contaminación, por cuanto para emitir la póliza es menester realizar una auditoría confidencial denominada Situación Inicial Ambiental (SAI) para detectar fuentes de polución y programar su remediación o bien, de haberse otorgado la póliza, se cumpliría con la misma ante el incumplimiento del obligado. El mapa territorial del Gran Rosario fue creado en 2011 y gestionado hasta 2013 por un grupo dirigido por el secretario de Extensión Universitaria de la Facultad de Medicina (UNR) Jorge Kohen. Después los vecinos continuaron subiendo denuncias desde Puerto General San Martín, Pérez, barrio Bouchard, material chequeado por el Taller Ecologista. La verificación de las denuncias por la cátedra de Medicina no continuó por falta de fondos, explicó Kohen a Rosarioplus.com. También dijo que la Secretaría de Ambiente no siguió el tema.
El profesional relató que “la gente que participó fue ubicando los lugares contaminados, identificando el contaminante, la modalidad productiva en la cual se genera, cómo llega a la zona, cómo sale y dónde se elimina. Luego toda la información se volcó al sitio web generado con software libre y se identificó en el mapa interactivo”. El diario dice que Kohen, ahora director de la Secretaría de Extensión Universitaria de Medicina y su equipo informático, se comprometió a continuar investigando el tema con actividades nuevas, desde su nuevo cargo.
Kohen detalló que hay dos denuncias en la Justicia contra industrias del cordón industrial por contaminación y que “en ambas se sirvieron del mapa interactivo y colaborativo”. Una contra la industria Sulfacid Ar Zinc, de Fray Luis Beltran, realizada a fines de 2016, meses después de su cierre. Desde el Taller Ecologista aseguran que desde el cierre no hubo avance en un plan para eliminar sus pasivos ambientales. “Las sustancias de zinc como propiedad son corrosivas y destruyen todo”, apuntó Cecilia Bianco, una ingeniera mecánica que reside en Capitán Bermúdez, y desde hace diez años participa en el Taller Ecologista vigilando las situaciones de contaminación en el cordón industrial, desde Timbúes hasta Villa Constitución. “Ar Zinc no presentó un plan de cierre y no se sabe el grado de peligrosidad que queda, por lo que tienen que ver qué hacer con sus residuos”, dijo.
La otra denuncia fue contra industrias contaminantes de Puerto General San Martín y Timbúes. Dice el periódico que “a fines de 2016 el subcomisario y director de delitos ambientales de la Policía Federal Alberto Raúl Candia se contactó con Kohen para que el grupo que realizó el mapa colaborara en la toma de muestras de contaminación para la causa” para que sean analizadas por el INTI, la Universidad Nacional de La Plata y la Comisión Nacional de Energía Atómica”. “En esta denuncia me llamaron y me tomaron declaraciones. En la otra entregamos en 2014 un informe sobre todas las situaciones denunciadas en el mapa”, recordó Kohen.
Taller Ecologista a su vez señala “desde hace años los diferentes afluentes tóxicos que producen las industrias de las ciudades del cordón industrial, al norte de Rosario en reclamo de mayor control por parte de la Secretaría de Medio Ambiente provincial”, dice la nota. Puntualiza que no se trata solo de hollín, humo y polvillo de las industrias de la zona sino también derrames de aceite y de residuos en el Rio Paraná por parte de aceiteras, un buque derramando petróleo en la costa de San Lorenzo. Pelco, una compañía química de Puerto General San Martín viene siendo denunciada por los habitantes de Timbúes porque la coloración del humo no es blanca como debería ser y genera dudas sobre las sustancias que está quemando. Esta compañía ha tenido contingencias legales por situaciones ambientales en otras zonas del país.
En Capitán Bermúdez aún no fue desmantelada la estructura Petroquímica S.A., que cerró en 2013. En su interior hay tubos de cloro en estado líquido que al salir será gaseoso. “Por eso alguien debe controlar en qué estado están”. Otro caso es el de Taselli que ni siquiera refaccionó los techos tras la pedrada de 2012 y ese último año trabajó con agujeros en el techo”, advirtió.