“Una solución al problema del remolque sería limitar el servicio a una prestación muy básica, incluso sólo para un siniestro con cobertura”

El Seguro en Acción dialogó en exclusiva con Rosana Ibarrart, Gerente General de Seguros Rivadavia, sobre la situación del mercado, las quejas de los asegurados por el servicio de remolque, la siniestralidad, el fraude y los nuevos seguros.

El Seguro en Acción (ESEA): ¿Cómo evalúa la situación actual del mercado asegurador argentino?

Rosana Ibarrart (RI): El desarrollo del mercado va de la mano del de la actividad económica y, en lo inmediato, el mismo parece achicarse, esto es, existe mayor competencia para mantenerse o ganar porción de mercado, provocando que no existan tarifas o precios de referencia.

Existen factores que no favorecen los esfuerzos por mantener positiva la ecuación económica del seguro. Uno de ellos tiene relación con las escasas alternativas de inversión de los excedentes financieros, que no logran protegernos de la inflación y la siniestralidad.

Por otro lado, se registra un importante incremento de los costos de operación, particularmente de los siniestros, muchos de ellos por encima de los indicadores de inflación, impacto que no es posible reflejar en lo inmediato en los ingresos. Ejemplos de ello son los costos judiciales, y los de las reparaciones y repuestos, a los que se suma actualmente la falta de estos últimos.

A favor, tenemos una industria que está invirtiendo en tecnología, que busca acompañar la transformación que vive la sociedad. Una gran parte de las empresas se encuentra rediseñando sus procesos con orientación al cliente, de modo de enfrentar profesionalmente el mercado que se viene.

ESEA: ¿Cómo se está comportando la siniestralidad de Automotores en la cartera de Seguros Rivadavia?

RI: La siniestralidad de Automotores tuvo una gran disparada, producto de distintos factores que influyeron en los costos por encima de los incrementos inflacionarios, luego de las restricciones de circulación y la paralización del poder judicial que implicó la pandemia.

El principal factor fue el incremento enel valor de los vehículos, el cual tiene su correlato en la suba de las sumas aseguradas. La incidencia de la falta de vehículos “cero kilómetro” eleva los valores de las unidades usadas entre uno a tres años de antigüedad, hasta por encima de los precios fijados en listas oficiales, y todo ello repercute en un desencadenante, como una cascada incremental para el resto de los años de antigüedad. Los valores fijados en las listas de los concesionarios son ficticios y, al momento de materializar una operación, entra en juego la espera con valores abiertos y aumentos mensuales, o bien un sobreprecio, que puede llegar hasta el 35%.

Otro factor de influencia, preponderante en los costos y, principalmente, en el servicio que prestamos al cliente, es la falta de repuestos, que en definitiva se traduce en siniestros con demoras y sus correspondientes reclamos. Esta situación tiene dos ejes críticos:

  • Una baja disponibilidad de piezas para iniciar las reparaciones de los asegurados (estos faltantes no sólo afectan a siniestros con cobertura de Todo Riesgo o amparados por el sistema Cleas, sino también a los de Fast Track, especialmente a aquellos vinculados al riesgo cubiertas).
  • Una marcada aceleración de los costos asociados.

Afortunadamente, en un trabajo conjunto con nuestra red de Proveedores Aliados, estamos llegando al asegurado, manteniéndolo al tanto de las distintas alternativas para la solución de su siniestro.

Por su parte, tampoco debemos desconocer la influencia del contexto internacional, ya que la pandemia generó demoras en la producción de distintas terminales y fábricas del mundo, y mayores demoras en la logística marítima.

Todos los factores descriptos por la falta de repuestos, que incluye sobre todo las ruedas, hacen que un ardid delictivo se encuentre jugando un papel protagónico a la hora de analizar las distintas aristas que posee este gran flagelo que está atacando a todo el mercado.

Si bien se toman diversas medidas de prevención, potenciando los controles para combatir un gran componente de fraude, no nos encontramos ajenos a la problemática que castiga a todo el mercado.

ESEA: ¿De qué manera está impactando la elevada inflación en la siniestralidad en general y en la siniestralidad judicial en particular?

RI: No es la inflación la que fija los índices incrementales que provienen de los costos de una reparación, pero sigue un camino en paralelo frente a la industria automotriz. Los valores medios de un siniestro superan ampliamente el índice inflacionario y su principio rector está basado en la poca oferta por la escasez de repuestos y la gran demanda que exige el mercado.

Además, la inflación tiene un impacto directo en los dos mecanismos judiciales de valuación del daño: la aplicación de fórmulas (Vuitton, Marshall, polinómica u otra) y el valor del punto. En el primer caso, porque las fórmulas toman como componente el salario, que se van ajustando producto de las paritarias o por actualización legal, y en el caso de las jurisdicciones que no adoptan la modalidad de fórmula y se inclinan por el valor del punto, incrementan -muchas veces a valores desmedidos y desproporcionados- el valor adoptado. La situación en ambas modalidades se torna aún más gravosa con la aplicación de tasas que, en sí mismas, contienen componentes indexatorios, lo que va creando un piso indemnizatorio repotenciado a expensas del deudor.

ESEA: ¿Qué nos puede comentar sobre el nivel de fraude al seguro? ¿Se intensificó en el último año?

RI: Como es de conocimiento, la Superintendencia de Seguros de la Nación ha adoptado un fuerte compromiso en la lucha contra el fraude, iniciado a partir del dictado del régimen reglamentario antifraude de seguros (Resolución SSN Nº 38.477/14).

Dirigir las acciones a la defensa, la seguridad y la protección de los asegurados como última finalidad, así como la transparencia hacia el mercado asegurador en su conjunto, son aspectos que hoy en día resultan esenciales y de enorme interés.

Acompañando este compromiso y compartiendo esa visión, desde Seguros Rivadavia hemos implementado cambios a nivel de la organización del Equipo de Análisis y Prevención de Fraude que han sido muy beneficiosos en términos de resultados en la lucha contra este flagelo. Esas modificaciones han representado un aumento en la cantidad de los casos investigados de un 75% en comparación con el ejercicio anterior, repercutiendo a su vez en un incremento de los montos ahorrados por fraudes detectados en más del 136%.

Es importante resaltar que el fraude va mutando, dependiendo del hábitat socioeconómico y cultural en el que nos encontremos, y el paso del tiempo en la sociedad en su conjunto, y todo esto provoca cambios en las metodologías y en las personas que los cometen. Es importante sumar en este punto las consecuencias que ha dejado la pandemia como tal, al punto de estimarse un crecimiento aún mayor del que se estipulaba anteriormente.

ESEA: ¿Cuáles son los siniestros donde más se detectan maniobras fraudulentas?

RI: En este momento el que se presenta con mayor frecuencia es el auto robo de ruedas, seguido por los siniestros de daños materiales, lesiones y, por último, los siniestros de otros riesgos. Como dato, podemos aportar que, sobre total de casos investigados en este ejercicio, el robo de ruedas representa el 60%, seguido por los daños materiales (16%) y las lesiones (10%).

ESEA: ¿Cómo evalúa el problema que se generó con el servicio de asistencia mecánica (grúa) a los asegurados? ¿Propone alguna vía de solución?

La prestación de asistencia al vehículo en las pólizas de seguro siempre fue un tema muy complejo desde el punto de vista económico. El valor mensual de una prestación similar a la otorgada por las pólizas en el mercado, muchas veces supera la cuota de un plan terceros completo o es de tres a cinco veces superior a una cobertura de RC, según la zona de riesgo.

Por tal motivo, siempre existió un delgado equilibrio en la ecuación económica de este negocio.

Esta situación se viene agravando en los últimos años por el incremento de los costos propios de la actividad, la situación económica en general, el aumento del turismo interno, la mayor circulación de vehículos y, en muchos casos, la falta de mantenimiento de estos, por mencionar sólo algunos factores.

Seguramente, existen muchas soluciones para el problema del servicio de asistencia, aunque la mayoría de ellas pasan por un tema económico. En este sentido, una solución posible sería limitar el servicio a una prestación muy básica, incluso sólo para un siniestro con cobertura, de modo de minimizar el impacto de un accidente u otro hecho cubierto, ampliando la seguridad para el asegurado y sus bienes, y que cualquier otra prestación sea a costo del asegurado.

Esta alternativa de solución podría ser la contratación de un servicio particular por parte del asegurado a un precio preferencial, aprovechando la cantidad de clientes que maneja una aseguradora, o pagar el servicio al momento de solicitar la asistencia.

ESEA: ¿Cuáles son los cambios en los consumidores de seguros? ¿De qué manera están cambiando los hábitos de consulta y compra de seguros?

RI: Los consumidores, independientemente de la industria, han cambiado sustancialmente en los últimos años, fundamentalmente por la facilidad de acceso a la información, que los dota de más datos y los convierte en más exigentes a la hora de decidir la adquisición de un producto o servicio.

En nuestra industria, el asegurado tiene un conocimiento de los productos y servicios ofrecidos en el mercado para Automotores, lo cual lo vuelve un consumidor muy exigente a la hora de contratar. En el caso de otros productos, como puede ser un Combinado Familiar, por ejemplo, conocen qué pueden asegurar dentro del mismo y exigen coberturas específicas de robo o daños.

En este tipo de productos, el cliente toma decisiones en base a la información que maneja, orientando su decisión a quien satisfaga sus expectativas de cobertura y servicios.

Otras consideraciones tienen productos más complejos, donde se requiere de un asesoramiento más profesional, y el consumidor busca consultar a un especialista en seguros (un PAS), que además será muy valorado a la hora del siniestro.

ESEA: ¿Cómo evalúa la demanda de los nuevos seguros derivados de la nueva movilidad urbana? ¿Es una demanda en crecimiento? ¿Es una demanda que se focaliza solo en las grandes ciudades?

En todo el planeta se están propiciando e incentivando sistemas de movilidad que reemplacen al automóvil o similares, no sólo por motivos de agilidad de circulación, sino también por su contribución al cuidado del medio ambiente.

Ciertamente, es una demanda en constante crecimiento. En nuestro caso, lanzamos en la postpandemia un producto para bicicletas que fue un éxito total en ventas.

Por otra parte, la demanda se está dando en todo el país, no sólo en las grandes ciudades, en virtud de que, además de ser un medio de transporte eficiente, constituye en muchos casos un elemento para generar un cuidado integral de la salud. Ya muchas ciudades han avanzado en la creación de espacios específicos para la circulación de estos medios de transporte, en línea con la tendencia que se observa a nivel mundial.

ESEA: ¿Y qué puede comentarnos sobre la siniestralidad de los seguros para scooters, bicis eléctricas y otros medios de transporte similares?

RI: Si bien ha habido un incremento en la contratación de seguros sobre riesgos de movilidad sustentable, los porcentajes que aún representan son mínimos en comparación a la cantidad de medios existentes. Asimismo, el robo es la cobertura más afectada.

A.C.

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