No quiero ser “agorero” (*) pero creo (ojalá me equivoque), que será prácticamente imposible alcanzar soluciones eficientes en materia de Seguridad Vial, de persistir en temperamentos unilaterales de un gobierno “de turno”, en la implementación y ejecución de acciones y programas que pretendan eliminar y minimizar las consecuencias de esta verdadera enfermedad social.
Es más que evidente, a esta altura de los acontecimientos, que si pretendemos solucionar la principal causa de muerte, lesiones y dolencia familiar NO natural de los argentinos, generando un cambio radical en nuestra cultura que permita a las generaciones futuras percibir que “SI SE PUEDE PREVENIR NO ES UN ACCIDENTE” no sea una frase o lema, para constituirse en una realidad basada en hábitos y valores, requeriremos tiempo, mucho tiempo y persistencia, en la aplicación de un Programa.
Un Programa que surja de un consenso, un pacto social donde intervengan todas las expresiones partidarias y sectoriales, con el compromiso público de sostenerlo en el tiempo (corrigiendo errores, ajustando medidas, aplicando innovaciones, etc.), y prescindiendo de los “colores” de los sucesivos gobiernos.
Ya hace muchos años que hablamos de aplicar Políticas de Estado en la materia y, con suerte, hemos tenido alguna política de gobierno. Y la consideración es para todos los niveles: municipal, provincial, nacional. En numerosas oportunidades (más de las que quisiera recordar), un nuevo gobierno desecha en su totalidad lo realizado por el anterior y…vuelta a empezar.
Eso no sólo no es avance, es retroceso.
Mientras, miles (si, miles) de personas mueren, padecen lesiones severas y permanentes, y familias enteras “cambian su historia” por siniestros viales producidos por actos que eran prevenibles.
“ES HORA DE ACTUAR” rezaba como lema el Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial del año 2009 para Naciones Unidas. Al año siguiente propuso un Programa modelo a nivel mundial, al que la Argentina adhirió a través del gobierno “de turno”. Ya lo hemos olvidado y es lógico: no existió un pacto social de todas las expresiones partidarias y sectoriales. De hecho, fue triste no encontrar en ninguna de la plataformas electorales del pasado año, siquiera una consideración seria de la temática.
“Cada sociedad tiene los muertos en siniestros viales que está dispuesta a TOLERAR”, fue la conclusión atroz de una Conferencia de Ministros de Transporte y Salud de la Comunidad Europea en la década del 80.
¿Cuántos más estamos dispuestos a TOLERAR?
Dr. Eduardo Bertotti
Director ISEV
(*)Que anuncia o predice males o desgracias