Trabajar desde casa, sin descuidar a los clientes

Especial para El Seguro en Acción

Por Gabriel Mysler, Director de Innovation@Reach www.reach-soluciones.com

 

En tiempos de aislamiento, es imprescindible adaptarnos al home office.  Es muy diferente a trabajar en la oficina o en la calle. Nos exige cambios y adaptaciones que sabíamos que iban a llegar en algún momento, pero aterrizaron de golpe. La buena noticia es que lo que aprendamos hoy nos será útil ahora y después. Luego de la cuarentena, el trabajo remoto seguramente tome un impulso mayor al que tenía antes de ella.

Son muchos los aspectos a considerar. Algunos tienen que ver con la comunicación con nuestros clientes y otros con nuestra capacitación, con nuestro trabajo interno, con el reporte a los distintos niveles, con la comunicación interna y externa, con el trabajo en equipo y con aprender a separar el trabajo del hogar.

No hay una fórmula mágica, ni hay una receta que les funcione a todos por igual. Así como en el trabajo todos tenemos estilos diferentes, es difícil ofrece una solución del tipo “sopainstantánea” en la que solo haya que agregar agua para que el plato esté listo.

Esta mezcla de exigencias puede parecer explosiva, y siademás le sumamos el estrés de la situación actual y la incertidumbre sobre el futuro sanitario y económico, es posible que no sepamos por dónde empezar a desmadejar el ovillo. Empecemos por lo básico: “Chi va piano, va sano; chi va sano, va lontano!

Algunas ideas para empezar

Al igual que en la oficina:

  • Poner objetivos diarios (qué, cuánto, cómo, dónde… sin métricas es difícil).
  • Planificar el día y marcar los horarios, reuniones y tareas en la agenda y respetarla (Google Calendar puede ayudarte porque te recuerda las tareas y reuniones a través de notificaciones).
  • Tomar descansos programados o esporádicos para relajar la mente y liberar la creatividad.
  • Intentar hacer una cosa por vez (el cerebro no hace multi-tarea y cambiar de tarea en tarea consume esfuerzo y energía).
  • Trabajar en equipo es tan necesario como siempre (Si caminas solo irás más rápido, si caminas acompañado, llegarás más lejos). Dado que no ves al otro, es vital verificar la lectura y comprensión de de los mensajes que mandás (sea correo o Whatsapp).
  • Usá con criterio los sistemas de mensajería y si no obtenés respuesta llamá por teléfono. Tu mensaje es uno entre miles.

Pero no estás en la oficina… entonces:

  • Crear un área especial para trabajar (escritorio, PC, auriculares, anotador, silla cómoda, cargador y todo lo que necesites para no levantarte cada 5 minutos).
  • Sé muy estricto con el horario de comienzo de trabajo (y el de finalización también).
  • Vestite como si fueras a trabajar habitualmente. Si siempre trabajás en ojotas o en jeans, seguí haciéndolo, si acostumbras a usar camisa y pantalón de vestir, seguí tu rutina. Somos animales de costumbres y nuestra mente funciona así. Es muy difícil estar en “modo trabajo” si estás vestido (y te ves a vos mismo) en “modo domingo”.
  • Sabé que tu jefe sos vos, nadie te está mirando ni golpeará tu puerta. Si tenés claros los objetivos, intentá cumplirlos y pedí ayuda cuando lo necesites.
  • Hacé el doble de esfuerzo para no perder el foco: Es más fácil desconcentrarse sin presión social
  • Separación física no implica separación social: podés seguir almorzando con amigos y tomando café con tus pares. Usá la tecnología disponible para chatear, hacer una call de video en un break, comer “juntos” y compartir algún chiste. Verse las caras es muy importante. No apagues la cámara! Armá un espacio virtual para sostener el encuentro informal. Por ejemplo, una sala en Zoom de 9.00 a 9.30 para sociabilizar sin agenda.
  • Hablá con las demás personas con las que compartís tu casa para que entiendan que estás trabajando. El horario de trabajo no es tiempo de sacar la basura, regar las plantas, lavar la ropa, limpiar las ventanas o hacer la tarea con los chicos. Si más de uno trabaja en casa y el espacio no es suficiente, intentar compatibilizar las agendas para lograr el silencio y concentración necesarios, en especial en llamadas.
  • Encargate por todos los modos que tus clientes, tus proveedores y tus pares sepan que estás disponible y trabajando activamente.
  • Racionalizá el uso de la banda ancha de tu casa. Si es posible que los que necesiten descargar películas lo hagan de noche, al igual que los que juegan juegos en red. El ancho de banda será limitado y especialmente en el hogar. Hablá con todos para que usemos el recurso con inteligencia y esté disponible para trabajar.

¡Ser digitales ya!

El aislamiento físico no significa desconexión de los clientes, por lo contrario, hoy más que nunca todos necesitamos más contención, más respuestas, más contacto!

Llamá a tus clientes, conectáte con ellos. Es una oportunidad de empatizar, de saber qué piensan y qué les pasa. Es una oportunidad de estar presente. Tal vez esta sea una oportunidad para preguntar y escucharlos. Si el secreto de un Productor de Seguros es conocer a su cliente para poder asesorarlo, esta es una oportunidad que no debemos pasar por alto. Necesitamos – hoy más que nunca – perder el miedo a volvernos digitales. Tenemos muchas maneras de hablar e interactuar con nuestros clientes, por nombrar algunos, llamarlos por teléfono, mandarle un correo, usar SMS o Whatsapp, usar Facebook,  Twitter o Instagram. Cada sistema y red social tiene sus fortalezas y debilidades y es más útil para algunos clientes o algunos mensajes. Usar Skype, Zoom, Webex, Slack, Hangouts  o GoToMeeting son también opciones válidas, elegí la que más te guste y más te acerque a tus clientes. Trello es una opción para seguir proyectos en equipo. Lo importante es estar cerca y tener claro el propósito de nuestra llamada.

Si vas a hablar por teléfono, recordá mover las manos y sonreír cuando lo haces, tu voz refleja no solo tu alma sino tu actitud y estado de ánimo y eso se percibe, aunque no se vea.

 

 

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