Moody’s cambia la perspectiva del sistema bancario argentino a negativa

Moody’s Investors Service cambió la perspectiva del sistema bancario de Argentina a negativa desde estable y mantuvo la perspectiva estable en cuatro sistemas bancarios de América Latina: Panamá, Paraguay, Uruguay y Centroamérica.

FUENTE: Moody’s Investors Service

La decisión de cambiar la perspectiva del sistema bancario argentino a negativa, desde estable, refleja el deterioro de las condiciones operativas, en medio de una reducción significativa del crecimiento económico esperado, con una contracción probable del PIB del 0,5% en 2023 y una inflación persistentemente alta, que ya supera el 100% anual. Además, las grandes tenencias de deuda pública y del banco central por parte de los bancos los exponen a condiciones financieras cada vez más difíciles del soberano. Estos desafíos son compensados en parte por los fundamentos relativamente sólidos de los bancos, con reservas de capital considerables, tenencias de activos líquidos históricamente altas y beneficios adecuados.

• La perspectiva para la mayoría de los sistemas bancarios de América Latina se mantiene estable, a pesar de los desequilibrios macroeconómicos.
• El sistema bancario de Argentina presenta una perspectiva negativa, debido a las débiles
condiciones operativas y la elevada exposición soberana.

Moody’s Investors Service mantuvo la perspectiva estable en cuatro sistemas bancarios de América Latina —Panamá, Paraguay, Uruguay y Centroamérica— y revisó la perspectiva a negativa desde estable en un sistema: Argentina. La perspectiva estable está respaldada en gran medida por los sólidos perfiles financieros de los bancos, que mitigarán los desafíos de las condiciones macroeconómicas en estos mercados en los próximos 12 a 18 meses.

Los bancos paraguayos se beneficiarán de condiciones operativas estables, con una expansión del PIB real del 4,5% en 2023. Los préstamos vencidos de los bancos se reducirán debido a la mejora de la producción agrícola en 2023, tras una sequía que afectó la producción y los riesgos de activos de los bancos en 2022. Esperamos un repunte del crecimiento del crédito en Paraguay, gracias a la retención de utilidades, que les permitirá a los bancos mantener una capitalización adecuada frente a pérdidas inesperadas. La rentabilidad se estabilizará en niveles elevados, respaldada por márgenes de interés sólidos, ya que el crecimiento del negocio compensará el aumento de las necesidades de provisión y de los costos financieros en un contexto de ajuste de tasas de interés.

En Uruguay, la actividad económica se desacelerará hasta alcanzar un crecimiento real del 3,0% en 2023, pero seguirá proporcionando un entorno sólido para las operaciones bancarias, a pesar de la inflación y el desempleo persistentemente altos. Las utilidades se verán favorecidas por el aumento de las tasas de interés debido al ajuste de la política monetaria en Uruguay y Estados Unidos. La continua devaluación del peso también respaldará la rentabilidad. Los préstamos vencidos de los bancos aumentarán desde los mínimos históricos de 2022, y los riesgos de activos se acercarán a niveles históricos.
El fuerte desempeño financiero de los bancos centroamericanos y el sólido dinamismo económico (se espera que el PIB real de la región se expanda un 3,1% en promedio en 2023) compensarán los crecientes riesgos de activos derivados de una posible reducción de las remesas procedentes de Estados Unidos, lo que afectará la capacidad de pago de los prestatarios. Estimamos que los bancos mantendrán un desempeño crediticio estable y niveles adecuados de reservas para pérdidas crediticias. La rentabilidad se mantendrá estable, y el incremento de los ingresos por intereses compensará los elevados costos financieros y crediticios.
Hemos cambiado la perspectiva del sistema bancario argentino a negativa, desde estable, para reflejar el deterioro de las condiciones operativas, en medio de una reducción significativa del crecimiento económico esperado, con una contracción probable del PIB del 0,5% en 2023 y una inflación persistentemente alta, que ya supera el 100% anual. Además, las grandes
tenencias de deuda pública y del banco central por parte de los bancos los exponen a condiciones financieras cada vez más difíciles del soberano. Estos desafíos son compensados en parte por los fundamentos relativamente sólidos de los bancos, con reservas de capital considerables, tenencias de activos líquidos históricamente altas y beneficios adecuados.

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