Amar la inteligencia es sentirse atraído por el seso opuesto.
La hora de la muerte no dura sino un segundo.
El embarazo es la inflación de la familia.
El adulto es una persona con edad suficiente para equivocarse sola.
Los sifones se suenan sin pañuelo.
Yo creo que en el Irán no van a ninguna parte.
El beso no se escribe. Se imprime.
Los relojes son el monóculo del tiempo.
Dios está en todas partes. Por eso no se le ve en ninguna.
La luna es un hueco en la oscuridad.
En las telarañas las moscas mueren tocando el arpa.
Amigo: Sucursal de uno.
La quiebra se produce cuando en los libros dice: “Debe-Haber” y no hay.
Franqueza no es sino la mala educación, bien educada.
Arrojarse al abismo es una precipitación.
Los esquimales salen de noche una vez al año.
El sexto se viola en el cuarto.
La luna sale de día pero en otra parte.
Los ciegos conversan con mucho tacto.
Sólo a los brutos les hace falta la inteligencia.
La soledad consiste en estar rodeado de imbéciles.
Los biógrafos y los buitres se alimentan de cadáveres.
El dinero es una enfermedad hereditaria.
(*):
Luis Felipe Angell (Sofocleto), escritor peruano.
“Los sinlogismos de Sofocleto-Estudio y selección” por Matilde Mármol.
Editorial Arica S.A. – Lima – 1968
