Por Daniel Scarafia, General Manager Sudamérica Hispana de Hitachi Vantara
La implementación de soluciones tecnológicas y sus aplicaciones deben ser consideradas como un componente y un complemento fundamental en cualquier proyecto social.
Hace 30 años, un disco flexible, disco de 3,5, o simplemente disquete, tenía una capacidad de 1.44MB. Nada despreciable en ese entonces. Alcanzaba para guardar diversos archivos, ideal para documentos e imágenes, y además, si requeríamos de un back up, duplicábamos la información en otro disquete.
Hoy, sólo 30 años después, cada persona genera 1.7MB de datos, cada segundo. Para los que disfrutan los cálculos, multipliquen 1.7MB, por 7 mil millones de habitantes, por 86.400 segundos, y tendrán la cantidad de información que solamente se genera en 24 horas. Una locura de datos, para ser un solo día.
En esta era de Transformación Digital, los datos representan el combustible que nutre los nuevos modelos de negocios. De hecho, en el terreno de la innovación tecnológica, el análisis e interpretación de datos, especialmente de comportamientos de consumo, ha modificado industrias completas. Sólo piensen en Amazon, Netflix o Spotify.
Pero los datos además de estar revolucionando la forma en que innovamos en materia de negocios lo hace en proyectos sociales.
Soluciones Tecnológicas al servicio de la sociedad
Cuando en un ecosistema se busca resolver problemáticas que afectan, más allá de a nuestros clientes, a la sociedad en su conjunto, con herramientas que provengan desde avanzadas tecnologías de información y comunicación, podemos alcanzar soluciones que resultan ser más eficientes y efectivas. De esta manera, la innovación tecnológica se transforma en una oportunidad para que las organizaciones fortalezcan su compromiso social, y con ello también mejoren su performance y reputación.
Las empresas que eligen complementar su operación con acciones que tengan un impacto social positivo, consiguen asegurar la fidelización de clientes, fortalecen su branding, mejoran el engagement de los empleados, y son capaces incluso de atraer talentos.
Por otro lado, el mejor ejemplo podemos encontrarlo hoy mismo. Estamos viendo tiempos únicos e irrepetibles. En medio de la pandemia del COVID-19, la humanidad pareciera ser protagonista de una película de Hollywood o de un trailer de ciencia ficción. No lo imaginábamos, no lo veíamos venir.
Sin duda, hoy más que nunca, la tecnología está al servicio de la sociedad. En primera instancia, ayudando con las medidas de prevención, permitiendo el aislamiento y el trabajo remoto; pero también, usando los datos para ayudar a las empresas a mantener el negocio funcionando y reenfocar sus prioridades.
Vivimos en la era del algoritmo, sin duda esto será algo fundamental en la lucha contra la actual pandemia. Pero, para seguir avanzando la humanidad necesita urgentemente gestionar, almacenar, analizar y procesar esos datos para transformarlos en soluciones que tengan impacto real en nuestras vidas.
Ahora, la pregunta natural que surge es ¿cómo hacerlo? ¿cómo las tecnologías que sustentan la Transformación Digital pueden favorecer la innovación social?
Pensemos en el cloud computing y la virtualización de sistemas. Gracias al avance en estas soluciones, las organizaciones medianas y pequeñas han podido acceder a softwares y actualizaciones que antes solo estaban disponibles para las grandes corporaciones. De esta forma, la capacidad de generar economías a escala y modelos de negocios más eficientes está al alcance también de organizaciones sin fines de lucro y fundaciones.
Por otro lado, el acceso a grandes bases de datos, aunque fuese solo para su análisis, interpretación y visualización, permite a las organizaciones modelar sus operaciones y adaptarlas a los requerimientos específicos de sus áreas estratégicas. Gracias al Big Data, los estudios de mercado, incluso para instituciones pequeñas, ONGs o agrupaciones sociales, han pasado a ser una herramienta más flexible y cercana.
Y si hablamos de innovaciones tecnológicas y sociales para instituciones gubernamentales, la Inteligencia Artificial y el Machine Learning han proporcionado soluciones que se traducen en importantes ahorros presupuestarios. Los asistentes virtuales que tienen la capacidad de aprender utilizando las preguntas y respuestas de los usuarios, reducen los costos en materia de plataformas de atención, además de disminuir los tiempos que antes eran destinados para eternos e inciertos trámites.
En materia de salud pública, el análisis de datos estructurados procedentes de ERPs y CRMs, facilita la interpretación de información acerca de los medicamentos y exámenes que se realiza gran parte de la población. Esto finalmente se traduce en mejoras de eficiencia y selectividad al momento de realizar compras estatales en altos volúmenes de insumos y fármacos.
Estas innovaciones son capaces de generar importantes impactos positivos en países desarrollados, pero su máximo potencial transformador se observa en economías emergentes, especialmente en las que la pobreza sigue siendo una problemática relevante. En estos casos, las personas se adaptan mejor a las herramientas tecnológicas más sencillas, masivas y accesibles, como la telefonía móvil, lo que representa una gran oportunidad para expandir, a través de apps, los beneficios de la Revolución Digital a la mayor cantidad de población.
Por lo tanto, es necesario no perder de vista que la implementación de soluciones tecnológicas y sus aplicaciones deben ser consideradas como un componente y un complemento fundamental en cualquier proyecto social.
Y más importante aún, en el centro de toda esta dinámica, se encuentran los datos. La posibilidad de contar con ellos en tiempo real, y de poder procesarlos a su máximo potencial, permite tomar decisiones más precisas, e incluso adelantarse a los cambiantes escenarios futuros.
Finalmente, la Transformación Digital, además de ofrecer la posibilidad de expandir negocios desde una escala aritmética, a una exponencial, también favorece la inclusión y democratización de sus soluciones a la mayor cantidad de personas, al costo más bajo que sea posible.
Así, esta nueva economía basada en los datos, puede ser el punto de partida para alcanzar un auténtico desarrollo sostenible, económico y social.