El rol del seguro en Latinoamérica

Encuentro con:

Javier Rodríguez
Director General de Seguros Generales

Jorge Marín
Director General de Seguros Vida

El rol del seguro en Latinoamérica

Los autores de este artículo son Benno Keller y Christian Hott de la unidad de Asuntos Gubernamentales y de la Industria de Zurich Insurance Group (“Zurich”) con Julian Arkell, consultor independiente en comercio internacional y pólizas de servicios. Los autores agradecen a Mira Banchik, Frank Bodmer, Antonio Cassio, Linda Conrad, Sven Feistel, Natasha Issa, José Orlando, Karin Reiter, Roy Suter, Jonathan Tin y Steve Wilson, por sus útiles comentarios y aportaciones.

(SEGUNDA PARTE)

Protección y respaldo para la clase media emergente

Mientras que América Latina tiene un nivel de ingresos en aumento y, en comparación con otros mercados emergentes, bastante alto, sigue sufriendo, sin embargo, una desigualdad muy alta de los ingresos. Una proporción importante de la población sigue teniendo un nivel de ingresos bajo y tiene muy pocas posibilidades de acumular reservas para protegerse de las consecuencias financieras de los sucesos adversos, como enfermedades, accidentes o la destrucción de su propiedad. Sin las reservas, los sucesos adversos obligan a las personas a disminuir de forma drástica su consumo. Por lo general, esto puede tener consecuencias importantes y persistentes en su salud y sus ingresos futuros. Como resultado, individuos, familias o pueblos enteros pueden caer en la pobreza, y se dificulta el desarrollo económico general. Los seguros pueden generar beneficios sustanciales para las personas que no tienen la posibilidad del autoseguro. Para las personas que lograron salir de la pobreza, los seguros brindan una garantía del patrimonio y ayudan a mantener su estatus social. Esto es una contribución crucial a un crecimiento económico sostenible.

La población de las economías emergentes es mucho más joven que la de los países desarrollados. Sin embargo, ha comenzado a envejecer, y se prevé que este proceso continúe. Según los pronósticos de la ONU, Latinoamérica cerrará la brecha con los países desarrollados dentro de los próximos 50 años. Los hombres y mujeres jóvenes que empiezan a trabajar hoy se verán afectados en gran medida por este acontecimiento cuando se jubilen; sin embargo, las soluciones adecuadas en materia de jubilación todavía se encuentran subdesarrolladas. Tienen que financiar muchos años de vida después de
jubilarse, a pesar de que habrá una parte mucho más pequeña de la población que siga trabajando y generando las fuentes financieras necesarias. En especial, el crecimiento en la clase media en muchas de las economías emergentes aumentará la demanda de los productos de ahorro, conforme las personas busquen mantener su estilo de vida después de jubilarse. Asimismo, sin las soluciones adecuadas en materia de jubilaciones, existe un riesgo alto de que una gran parte de la clase media caiga en la pobreza cuando se jubile. Esto también afectaría a la economía y a la sociedad en general.

Es probable que los sistemas públicos de jubilación por reparto encuentren dificultades, ya que los pagadores de primas tienen que financiar la cantidad cada vez más grande de personas jubiladas. Esto puede generar una carga fiscal alta y, posiblemente, insostenible. Además, en la mayoría de los mercados emergentes, los planes de jubilación públicos no están diseñados para las necesidades de la clase media emergente, y no se encuentran generalizados los seguros generales de jubilación ni las pólizas de pensiones. El importante papel de las aseguradoras consiste en desarrollar nuevos productos personalizados para satisfacer estas necesidades.

El potencial desaprovechado de los seguros

Pese a la capacidad de los seguros de mitigar algunos de los obstáculos claves para un desarrollo sostenible de las economías emergentes, su potencial sigue siendo desaprovechado en gran medida. Esto queda demostrado especialmente en los países latinoamericanos en los que la penetración de los seguros, es decir, la relación entre las primas de seguros y el PIB, permanece bajo, incluso en comparación con otras economías emergentes (ver el gráfico 2). La penetración de los seguros difiere bastante entre los países latinoamericanos, del dos por ciento en Argentina y México hasta el cuatro por ciento en Chile.

Gráfico 2: Penetración de los seguros como un % del PIB. Fuente: Swiss Re, Sigma n.° 5/2011.
En la última década, la penetración de los seguros en América Latina se incrementó más que en las economías avanzadas, pero menos que en los mercados emergentes en general. Se puede observar un buen aumento constante en Brasil. Se registraron fluctuaciones grandes en Chile y Venezuela, aunque en este último se presentaron en combinación con un fuerte aumento. Los demás países experimentaron un aumento más moderado con algunas fluctuaciones. Se puede esperar que los mercados de los seguros en Latinoamérica sigan expandiéndose gracias al crecimiento económico y a los índices crecientes de penetración.

El desarrollo relativo de los seguros de vida y de los otros tipos de seguros varía considerablemente entre las economías emergentes. Un informe reciente del Banco Mundial sobre siete países latinoamericanos reveló que los seguros que no son de “vida” surgen, por lo general, en una etapa anterior del desarrollo socio-económico que los seguros de vida, principalmente debido a políticas gubernamentales, como en el caso de los seguros obligatorios para los vehículos. Los seguros de vida son más dependientes del desarrollo de los mercados de capitales debido a la necesidad de invertir en capitales comerciables, pero una vez que tienen éxito, por lo general se expanden mucho más rápido.
Recuadro 1: Cómo los seguros contribuyen en la economía y en la sociedad

Los seguros realizan tres funciones económicas básicas:
La mancomunación de riesgos es el principio básico de la prevención de riesgos en los seguros. En términos simplificados, este principio se puede describir de la siguiente manera: para un individuo, la materialización de un riesgo (por ej., que se destruya su hogar) puede tener consecuencias financieras muy graves. Si los riesgos de una gran cantidad de personas se mancomunan, solo unos pocos se verán afectados. Para ellos, se pueden cubrir los gastos ocasionados con las primas que se pagaron en conjunto.
Además de una gran cantidad de participantes en la mancomunación de seguros, también es importante que los riesgos mancomunados sean independientes, es decir que no todos se vean afectados al mismo tiempo. Los seguros contra desastres naturales, por ejemplo, únicamente pueden funcionar de forma eficaz a nivel internacional. Mientras que un desastre puede afectar a todas las casas de una región, es improbable que Chile e Italia sufran un terremoto al mismo tiempo.
La evaluación de los riesgos es otra de las funciones básicas de los seguros. Al establecer un precio (es decir, una prima) para los riesgos particulares, las aseguradoras garantizan que la protección sea eficaz y factible económicamente a largo plazo. También, brindan datos cruciales para los tomadores de riesgos y otorgan un incentivo para disminuir los riesgos. Además, las aseguradoras aprovechan su experiencia en riesgos para ayudar a los particulares y a las empresas a encontrar formas para evitar o disminuir los riesgos. Esto se aplica a construir edificios más seguros, aumentar la seguridad en el tránsito o vivir una vida más sana.
Las aseguradoras actúan como intermediarias financieras al brindar seguros de vida. Recaudan las primas, las invierten en mercados de capitales y pagan un importe mayor cuando el cliente se jubila o fallece. Gracias a esta intermediación, las aseguradoras estimulan el ahorro.
Al realizar estas tres funciones básicas, las aseguradoras brindan beneficios importantes para la sociedad y la economía (para obtener más información, consultar también E. Baltensperger y F. Bodmer, 2012, “The Social and Economic Value of Insurance: A Primer” [El valor socio-económico de los seguros: un manual básico], Zurich Insurance Group, Asuntos Gubernamentales y de la Industria).
Los seguros mejoran el bienestar: Los seguros mejoran directamente el bienestar particular al generar una “tranquilidad”.
Los seguros propician la actividad económica: Los seguros disminuyen la necesidad de conservar reservas preventivas y, por lo tanto, liberan los recursos para usos más productivos. Los seguros permiten a las empresas participar en actividades de mayor riesgo y mayor rendimiento, que de lo contrario no podrían realizar (por ej., al adquirir un seguro de responsabilidad civil).
Los seguros facilitan el comercio: Los seguros tienen una larga trayectoria en sustentar el comercio. En la actualidad, las aseguradoras ayudan a las empresas a prevenir los riesgos complejos que suponen las cadenas mundiales de suministro.
Los seguros fomentan las inversiones: Los seguros facilitan la oferta de créditos a particulares y empresas al disminuir los riesgos crediticios.
Los seguros posibilitan el desarrollo de los mercados de capitales: Las aseguradoras contribuyen a la ampliación e intensificación de los mercados de capitales, ya que son inversores institucionales importantes con inversiones con un horizonte a largo plazo.
Los datos empíricos sugieren que los seguros de vida, como también los que no lo son, tienen un impacto positivo en el crecimiento económico. Marco Arena, 2008, realizó un estudio exhaustivo en “Does insurance market activity promote economic growth? A cross-country study for industrialised and developing countries,” The Journal of Risk and Insurance 75, 2008, 921-46.

Obstáculos para los seguros en los mercados emergentes

El subdesarrollo de los mercados de seguros en Latinoamérica puede atribuirse a una serie de factores. Algunos de ellos están en la demanda, otros en la oferta del mercado de seguros. Sin embargo, también existen barreras normativas importantes para que el mercado de seguros sea eficiente en las economías emergentes.

Dificultades del mercado

Una barrera muy importante para los seguros en América Latina es la falta de confianza en las aseguradoras y en sus productos, junto con la alta incertidumbre sobre los desarrollos económicos futuros. Esto dificulta que los clientes potenciales se comprometan con contratos de seguros a largo plazo, que exigen el pago continuo de las primas. También, las aseguradoras dependen de un contexto macroeconómico sólido y previsible, incluso una inflación baja y predecible para poder asumir riesgos a largo plazo y las responsabilidades que conllevan. A medida que Latinoamérica no solo se está enriqueciendo, sino que también se está volviendo más estable, la oferta y demanda de los productos de seguros aumenta y seguirá aumentando en el futuro. Para mejorar la confianza en los seguros, es importante que los clientes actuales tengan buenas experiencias con los seguros y que las aseguradoras presten sus servicios cuando sean requeridos. Esto no sólo mantiene el uso de los seguros por parte de los clientes, sino que mejora la percepción general mediante el ‘marketing’ positivo por parte de los particulares.

La falta de conciencia entre los clientes potenciales es otro de los obstáculos para los seguros en Latinoamérica. Es importante que las personas sepan que los productos de seguros existen, que entiendan el concepto del seguro y que comprendan sus beneficios. La educación financiera es fundamental para superar este obstáculo. El sector privado puede contribuir de manera sustancial a estas iniciativas; por ejemplo, trabajando en colaboración con las universidades.

Aunque existiera la confianza y conciencia necesaria, el uso de los seguros seguiría siendo limitado, ya que es inasequible para una gran parte de la población de los mercados emergentes, y hay carencia de productos personalizados adecuadamente para el sector con escasos recursos. Por lo general, no es posible ni eficaz brindar productos adecuados de seguros para este sector de la población. Sin embargo, las aseguradoras pueden disminuir los umbrales de los seguros eficaces y ampliar su clientela al ofrecer productos personalizados, por lo general denominados microseguros. Esto implica simplificar los términos de las pólizas, disminuir los costos de los gastos generales en su distribución y permitir métodos más simples y rápidos que no involucren a los bancos para el pago de las primas y el reintegro de las pérdidas, por ejemplo mediante el uso de aplicaciones para teléfonos móviles. Estos productos de seguros personalizados pueden satisfacer las necesidades de los hogares con escasos recursos que actualmente tienen un acceso muy limitado a los seguros formales. Dada su clientela, los microseguros también pueden jugar un papel importante en el aumento de la confianza en los seguros.

Dificultades normativas

La normativa tiene un impacto profundo en el desarrollo de un mercado de seguros maduro y eficaz. Una función clave de la normativa es respaldar el desarrollo de la confianza, que es una condición previa necesaria para un mercado de seguros operativo. Los asegurados, por lo general, no están en condiciones de controlar la solvencia de su aseguradora y, en especial, de evaluar la solvencia futura de una aseguradora en relación a toda la duración de un contrato de seguros a largo plazo. Por ende, la función de la normativa en materia de solvencia es asegurar que las aseguradoras sean capaces de cumplir con sus promesas. Solo así las personas están dispuestas a adquirir la cobertura de una aseguradora (en especial, cuando se trata de contratos a largo plazo, como seguros de vida), y solo así puede desarrollarse un mercado de seguros sólido.

Para proteger a los asegurados, la normativa por lo general exige a las aseguradoras poseer capitales acorde con los riesgos que asumen. También, imponen restricciones a la inversión de los capitales que avalan sus responsabilidades frente los asegurados. Además, existen normas sobre la aptitud e integridad de los directores y gerentes (denominados requisitos de idoneidad) y de los actuarios, sobre los estándares contables y la presentación de informes, y sobre la divulgación de la información.

Es imprescindible que estas normativas para proteger a los asegurados se diseñen de forma que no dificulten la mancomunación de riesgos, la función económica básica de las aseguradoras. La normativa no coordinada sin ningún reconocimiento mutuo, por ejemplo, no solo aumenta los costos administrativos para los seguros, sino que también perjudica la competencia y la mancomunación internacional de los riesgos. Esto se aplica mucho más al proteccionismo. Aunque la intención de estas medidas sea proteger la economía doméstica; en realidad, dificultan el funcionamiento eficaz del mercado de seguros y, por consiguiente, sus beneficios para la economía y la sociedad en general.

Desafortunadamente, estos impedimentos son habituales en muchos países latinoamericanos (ver recuadro 2). Tanto Argentina como Brasil, por ejemplo, introdujeron medidas que básicamente protegen al país de los mercados internacionales de seguros. Es probable que estas medidas aumenten el costo de la cobertura de seguros para los consumidores locales al restringir la mancomunación de riesgos a las fronteras nacionales. Asimismo, los seguros contra riesgos a gran escala, como los desastres naturales, se tornan casi imposibles cuando se limita la mancomunación internacional de riesgos. Las empresas internacionales que buscan invertir en el mercado latinoamericano necesitan una cobertura de seguros que responda a sus necesidades específicas. Debido a las restricciones discriminatorias a las aseguradoras y reaseguradoras extranjeras, a las empresas internacionales les resulta difícil obtener esta cobertura de un solo prestador.

Chile es un ejemplo de los beneficios de un mercado de seguros abierto y bien controlado. Después del terremoto de 2010, la cobertura de las aseguradoras internacionales contribuyó considerablemente a una recuperación rápida.

Recuadro 2: Restricciones normativas a los seguros en algunos países de Latinoamérica

Argentina
Hasta 1994, solo a las aseguradoras argentinas se les permitía asegurar cualquier tipo de bienes que se importaban o exportaban de Argentina. Gracias a un cambio en la legislación, se permite formalmente a las aseguradoras extranjeras no admitidas brindar esta cobertura de seguro.
En 2011, el parlamento argentino aprobó una nueva ley, que repercute de forma considerable en la industria de los reaseguros, ya que exige a las reaseguradoras extranjeras que establezcan sucursales o filiales locales para poder operar en Argentina. Esto limita las operaciones de reaseguros que pueden realizarse desde la oficina central de estas reaseguradoras extranjeras.

Brasil
Conforme a las leyes brasileñas, los residentes de Brasil están obligados, en teoría, a contratar la cobertura de una aseguradora local, es decir, una aseguradora con sede en Brasil y autorizada por las autoridades brasileñas para operar comercialmente. Una aseguradora extranjera inadmitida no puede, por lo general, brindar una cobertura en el contexto de un programa multinacional de seguros y, por lo tanto, extender la cobertura de seguro para que incluya a una filial brasileña.
Conforme a las nuevas disposiciones (vigentes a partir del 31 de marzo de 2011), las aseguradoras o reaseguradoras locales no pueden ceder a sus filiales o integrantes del mismo conglomerado financiero con sede en el extranjero más del 20 % de la prima establecida para cada cobertura otorgada. Además, la nueva disposición exige que la aseguradora debe contratar con reaseguradoras locales por lo menos el 40 % de cada retrocesión de reaseguros en los tratados y contratos facultativos.

México
A ningún particular ni entidad, excepto las debidamente autorizadas por el Ministerio de Hacienda para operar como compañías de seguros, se les permite realizar operaciones activas dentro del territorio mexicano. En consecuencia, se les impide por lo general a las aseguradoras extranjeras no admitidas brindar una cobertura contra riesgos en México.
Los reaseguros se limitan a aquellas aseguradoras que están autorizadas a realizar operaciones de reaseguros y a las reaseguradoras extranjeras que estén inscritas en el Registro General de Reaseguradoras Extranjeras. Conforme a la legislación mexicana, las reaseguradoras extranjeras no reúnen los requisitos para su inscripción, a menos que proporcionen pruebas de su solvencia y estabilidad por medio de un certificado emitido por una agencia calificadora de renombre internacional.

Fuente: varios, recopiladas por Zurich, IPZ & Cross-border Product Underwriting (Standards)

Conclusión

Los seguros pueden jugar un papel crucial en la resolución de algunas de las dificultades cruciales de América Latina. Los seguros tienen el potencial para evitar que las personas caigan en la pobreza si se ven afectados por sucesos adversos y para apoyar el crecimiento de la clase media. Al fomentar el comercio y las inversiones directas de capitales extranjeros, los seguros contribuyen al desarrollo de economías sostenibles y al crecimiento. Además, los seguros pueden fortalecer la resistencia de las economías emergentes frente a las catástrofes.

La falta de confianza y de conciencia por parte de los consumidores es un impedimento importante para que los seguros cumplan con esta función vital. Para obtener el máximo beneficio de los seguros, las aseguradoras deben desarrollar productos asequibles y personalizados para los mercados emergentes, que permitan a los consumidores tener una buena experiencia y aumentar la confianza. Entre ellos, se encuentran los microseguros y los productos para la clase media emergente. Además, como ciudadanos corporativos, las aseguradoras deben compartir su experiencia y ayudar a los particulares, empresas y gobiernos a disminuir los riesgos. Para mejorar la compresión sobre los beneficios potenciales de los seguros, se necesitará una mayor inversión en la educación financiera.

Un marco político y normativo sólido y estable es una prerrequisito para el desarrollo de un mercado de seguros eficiente. Desafortunadamente, las restricciones normativas que limitan la posibilidad de las aseguradoras de mancomunar los riesgos de manera eficiente y, por lo tanto, dificultan el desarrollo de un mercado de seguros eficiente son habituales en muchos países de Latinoamérica. Existe una necesidad apremiante de disminuir las barreras normativas para que la mancomunación de los riesgos sea eficaz.

Nota: El artículo refleja las opiniones personales de los autores y no necesariamente las de Zurich Insurance Group.

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