No podemos manejar el clima, pero si podemos adaptar nuestra conducción ante él. En caso de lluvia intensa, es muy importante tener en cuenta la disminución de visibilidad y de adherencia, como así también evitar las condiciones que generan el efecto «hidroplaneo» o «aquaplaning».
¿Qué es el hidroplaneo?
Tanto la tracción como la dirección de un vehículo, dependen de la fricción entre las cubiertas y la superficie del suelo. Las ranuras de las cubiertas están diseñadas para evacuar el agua que podría encontrarse entre el pavimento y la misma, incrementando la fricción y asegurando el control del vehículo. El hidroplaneo o aquaplanning se produce cuando por diversos motivos, la cubierta encuentra más agua de la que es capaz de desalojar. La presión del agua delante de la cubierta, forma entonces un acuñamiento bajo la misma, levantándola del pavimento y disminuyendo o anulando la fricción. La rueda, entonces, comienza a patinar sobre la superficie del agua con poco o nada de contacto con el pavimento, disminuyendo drásticamente el control direccional y la capacidad de frenado. El vehículo, una vez en hidroplaneo, patinará hasta chocar con un obstáculo o hasta que su velocidad disminuya lo suficiente, como para que las ruedas retomen contacto con la superficie del suelo y la fricción se restablezca. El riesgo de hidroplaneo aumenta con la profundidad de la capa de agua y la sensibilidad del vehículo a la misma, dada por el ancho, presión de inflado y profundidad de las ranuras de los neumáticos.
Acá van una serie de consejos para evitar el hidroplaneo y para conducir con lluvia intensa:
1. En caso de de conducir con lluvia, sea ésta copiosa o no, disminuya la velocidad sobre todo en vías rápidas, como rutas y autopistas.
2. Aumente la distancia de seguimiento con los vehículos que lo preceden y esté muy atento a los espejos retrovisores.
3. Evite los carriles que tienen «huellas» producidas por el hundimiento del pavimento
4. Evite las maniobras bruscas, tanto de frenado como de cambio de dirección y alerte siempre a través de los faros de giro.
5. En caso de «sentir» que el auto «flota», no frene: sólo levante el pie del acelerador, hasta que se restablezca el control direccional del mismo.
6. Mantenga los neumáticos con la presión de inflado correspondiente, y recuerde que el límite mínimo en la profundidad de las ranuras es de 1,6 mm., la cual se indican con los testigos presentes en la banda de rodamiento. De todos modos trate de cambiarlos antes de llegar a dicho límite.
7. NO reduzca la presión de inflado de los neumáticos en caso de lluvia, ya que empeorará las condiciones para que se genere el hidroplaneo.
8. Mantenga las escobillas de los limpiabarabrisas en buen estado, sustituyéndolas periódicamente
9. Mantenga los vidrios limpios y asegúrese de tener suficiente líquido en el depósito del lavaparabrisas.
10. Ver y ser visto es fundamental. Por lo tanto, encienda la luz de lluvia trasera y los faros auxiliares delanteros. No use las luces altas.
NOTA: Si puede evitar circular con lluvia intensa, hágalo. Demore la salida o deténgase en un lugar seguro hasta que disminuya la intensidad de la misma.
Ing. Fabián Pons
Presidente de OVILAM (Observatorio Vial Latinoamericano)
fabian.pons@ovilam.com