CUANDO EL ASEGURADO SE QUEJA…Y EL SEGURO SIGUE SIENDO CUESTIONADO

cartasEn la sección Cartas al país del diario Clarín, en su edición del viernes ppdo., el lector José I. Palmou dejó expuesto su enojo con empresas de telefonía celular, de crédito y de seguros, por su incorrecta actuación ante un robo que había sufrido.

Desde El Seguro en acción nos comunicamos con el joven abogado Palmou, y luego de una larga y fructífera conversación, tuvimos una versión de primera mano sobre su odisea.

Tratamos de hacer lo mismo con la aseguradora involucrada (una empresa renombrada, ubicada entre las quince de mayor volumen de producción en patrimoniales), pero al no tener un trato fluido con la misma (no es avisadora), ha llegado el momento de cierre sin que pudiéramos conversar el respecto. Por ello, no la mencionaremos, atento que no hemos escuchado “la otra campana”.

De cualquier manera, y en lo que importa para este comentario, nuestra conclusión es que -una vez más-, la incapacidad y/o la falta de criterio de algún o algunos funcionarios, llevan a este tipo de exposición pública.

Según los datos aportados, en un momento de aguda tensión emocional, el asegurado fue “paseado” por distintos sectores de la empresa, en cada uno de los cuales se le daba una versión distinta de su cobertura, como si el sistema informático tuviera espacios estancos. Finalmente, le aceptaron la realidad, y se hicieron cargo de los daños (felizmente menores) que había sufrido el vehículo, gracias al azar de que los ladrones se llevaron el celular del asegurado (que contaba con localizador satelital), y consecuentemente fue rápidamente hallado, aunque con daños menores. La aseguradora se hizo cargo de la reparación de los mismos, que el doctor Palmou estima en alrededor de $ 20.000.-

Nuestra conclusión, es bastante sencilla y se apoya en dos convicciones:

  • Que gran parte de la situación sufrida por el asegurado, está dada por el hecho de tratarse de un seguro directo (la intervención de un PAS, no hubiera dado lugar a ese destrato).
  • Que, según nuestra experiencia de más de seis décadas en el mercado, la inmensa mayoría de las aseguradoras cumplen su compromiso en debida forma.
  • Que lo mismo sucede en la aseguradora en cuestión. Aunque en este caso a alguien se le escapó la liebre…

Pero, y ahí caemos en el “pero” de siempre, como la estupidez humana es tan infinita como el horizonte (según lo dijo André Maurois y lo ejemplificó en su excelsa “Historia…”, Paul Taborí), nunca falta alguien que en pocos minutos eche por tierra toda una trayectoria.

Al modesto entender de este escriba, de eso se trata, una vez más.

Raúl Jorge Carreira

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3 Thoughts to “CUANDO EL ASEGURADO SE QUEJA…Y EL SEGURO SIGUE SIENDO CUESTIONADO”

  1. Me gustó el comentario, y a mi entender esto porque, bastante asiduo en todos los rubros, se le da mayor importancia a las técnicas de venta por sobre los conocimientos técnicos del seguro. Entendamos que el seguro, además del tema monetario (que tiene limitaciones, léase cláusulas y condiciones), debe cumplir una importante función social y de contención ante un problema, llamado siniestro.
    Rubén Quilindro

  2. No debería ser así, pero son problemas generados por la falta de sentido común de algunas personas que toman decisiones. En alguna oportunidad he tenido que apelar por resoluciones absurdas, que me place comentar:
    1) Vehículo robado y aparición con cerraduras dañadas. Un funcionario pretendió reconocer solamente las cerraduras de contacto y puerta, negando la reparación de cerradura de baúl.
    2) Robo de rueda de auxilio. Al presentarse facturas por cubierta (traída del exterior por falta de existencia en la República Argentina), llanta, válvula y balanceo (con costos separados), pretendió desconocer el balanceo.
    En ambos casos, apelando a instancia superior, se solucionó el problema, PUES HABÍA QUE RESTABLECER LAS CONDICIONES ORIGINALES DEL VEHÍCULO, por las cerraduras y en lo que respecta a la rueda, debía estar en condiciones de seguridad para circular.
    Juan José Irigoyen (PAS)

  3. En muchos años de vida profesional, comercial y empresaria, me he encontrado con «el último eslabón de la cadena», que «interpreta» lo que dice o no dice la normativa de la empresa y/o la legislación vigente.
    Hoy día, tengo el caso con mi aseguradora, donde presento la denuncia de un siniestro propio, con mi vehículo y mi conducción, donde expreso que «…circulando a muy baja velocidad, en el mismo sentido, con mi luz de giro izquierda encendida por más de 80 mts., un motovehículo que venía detrás, me embiste justo en el momento en que estoy girando, rozando el extremo izq. del PGP trasero y el GDB TI, provocando rayones, sin abolladuras…».
    En la denuncia, según norma de la aseguradora, declaro que NO SOY RESPONSABLE del hecho, ya que la luz de giro estaba encendida más allá de los 30 mts., tal como lo prescribe la Ley de Tránsito. ¿Pero que pasó?, el «analista», en base a 2 fotografías, de las 8 que envíe, más la ampliación de denuncia por «motu propio» que hice, interpretó (¿?) que fui RESPONSABLE.
    Cuando le manifesté mi desacuerdo con ese análisis a su superior, me dijo que por norma de ellos, «…le restan (o no le dan) importancia a la declaración del asegurado, porque siempre exageran, mienten o no conocen la normativa de tránsito y responsabilidad en un siniestro…». Alguna vez, en algún lado, yo recuerdo haber leído como uno de los preceptos fundamentales del seguro «…LA BUENA FE…».
    ¿Ha cambiado hoy día?. Por supuesto, han conculcado uno de los mejores valores que tiene una persona, que es LA PALABRA (escrita, mejor), como también aquello que nos decían nuestros padres desde chiquitos, «hay que decir siempre la verdad…», como también, uno de los preceptos constitucionales, donde nadie puede cambiar la declaración de otro…, NI UN JUEZ, siquiera.
    Carlos Alberto Domínguez (PAS)

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