Especial para El Seguro en acción
Un importante matutino local reproduce un artículo de “The New York Times” que entiendo necesario para nuestra cultura aseguradora, máxime ante los tiempos que se aproximan.
El término no es nuevo; comenzó a utilizarse en el siglo XX, en los países de habla inglesa, casi exclusivamente con referencia a los trajes de hombres “hechos a medida”, y ahora el marketing ha extendido la expresión a muchos otros rubros: paquetes vacacionales, peluquerías, cursos breves, personal trainer, seguros.etc.
Hecho para usted
No caben dudas de que el concepto hace en especial para la actividad que nos toca, y es éste el tema que nos debe preocupar, dado que el seguro cuenta con una didáctica propia. Vale decir, si lo tomamos como una “venta”, se da la situación de que los compradores, en la mayoría de los casos, no cuentan con un objeto “tangible”, lo que impide una valoración “a priori” sino, con una promesa que, además, no siempre se adapta a las necesidades del usuario.
En cambio el seguro, tanto como para emplear un término más vulgar, es una promesa que no siempre se adapta a las necesidades del usuario. Y aquí está el tema que nos debe preocupar.
Nuestro mercado ha circunscripto las coberturas en los últimos quince años (por dar un periodo aproximado), en un “esto es lo que hay”. Por lo tanto, el suscriptor mira la pantalla de su computadora y encapsula la necesidad del cliente bajo dos vías: no podemos suscribir, o, estas son las opciones más amplias a las cuales se le pueden quitar tales o cuales coberturas.
En honor a la verdad no siempre es así pero, aun en las modificaciones menores, el trámite para lograr algunas excepciones se hace burocrático. Esta última afirmación merecería un profundo desarrollo que trataré de resumir una vez más, dado que -para la mayoría de las aseguradoras-, en lugar de ampliar los criterios de suscripción y administración, se los ha limitado a la creación del 0800.
¿Qué es entonces lo que falta?
Tomando en cuenta los vientos que soplan, simplemente dos puntos: instrucción, y disposición.
Los suscriptores deben ser, en algunos casos, especializados en determinadas ramas. A la vez, asumir riesgos conforme a sumas máximas previamente autorizadas y, fundamentalmente, proseguir con los trámites pertinentes (reaseguro, participaciones), medidas de seguridad para la suscripción del riesgo.
Lo precedente, no es producto de mi imaginación; es, la esencia del seguro, el conocimiento de lo probable y lo posible, de la causa próxima y remota. En fin, es lo que viene.
Concretando el tema que pretendo recrear, aporto las definiciones de algunos expertos en el tema del bespoke, como Michael Quinon, Deborah Tannen, Riccio; que circunscriben de este modo el tema:
- “Queremos que todo sea especialmente para nosotros, hasta los restaurantes de tenedor libre”.
- “Las generaciones que nos precedieron hacían las cosas de manera más natural, y por lo tanto más correctamente”.
- “Todo esto es parte del fraude de la autenticidad”.
Entonces, solamente agrego: ¿no será ésta última definición la más concreta de todas? ¿No será que la mayoría ha caído en la creencia del dios marketing?
El río que desborda siempre busca su cauce…
Víctor Fratta
Fratta Consultores en Seguros
vfrattaseguros@gmail.com
Totalmente de acuerdo.
No sirve de nada la experiencia ni el conocimiento…
¡Muchas compañías se parecen cada vez más a las pancherías! Para aprobar algún riesgo fuera de lo común se demoran tanto, que muchas veces el cliente pierde interés.
Mónica Vattuone (PAS)
Hace algunos años (allá por 1985/86), recién comenzando la aplicación práctica de las computadores, programas y sistemas a la actividad, un gerente de una importante aseguradora me dijo textualmente: «tenemos que tener un sistema tal, que pueda suscribir tu hijo que tiene 12 años». Su afirmación fue profética: hoy las aseguradoras suscriben desde los programas cargados en sus sistemas de computación, y prácticamente han desaparecido los técnicos. El resultado está a la vista.
Además de lo que comenta la colega Mónica, casi todas las companias pierden dinero técnicamente y POR AHORA, el rinde financiero es el alma del negocio.
Héctor Taboas (PAS)
Por mi experiencia cotidiana, coincido totalmente con lo expresado por el autor.
Lo que expone, es una calco de la respuesta que acabo de recibir de la aseguradora con la cual trabajo.
Solicité una cobertura de R.C. de un vehículo en perfectas condiciones y que circula por nuestra ciudad debidamente autorizado, aunque tiene cierta antigüedad. Y me responden que no pueden otorgarme cobertura porque “no encuadra en la antigüedad autorizada para suscribir “.
Sus manuales no se lo permiten.
Entonces: dejamos desamparado a un asegurable consciente de los riesgos que asume al circular, y que por ello nos requiere cobertura. Nuestra respuesta es la expulsión del sistema.
Esto es parte de la trastienda de nuestro trabajo. “Es lo que hay» y «se hace lo que se puede «.
Saludos.
Elena Beatriz Sironi (PAS-Bell Ville-Córdoba)