Especial para El Seguro en acción
La Federación de Asociaciones de Productores Asesores de Seguros de la Argentina (FAPASA) y la Defensoría del Asegurado, como es de público conocimiento, firmaron el 9 de abril próximo pasado un trascendente convenio de colaboración.
La Defensoría, que conduce el doctor Jorge L. Maiorano, es una instancia privada, creada en el 2007 en el ámbito de la Asociación Argentina de Compañías de Seguros (AACS), para la resolución de casos problemáticos entre esas entidades y los asegurados.
La razón por la cual FAPASA firmó este convenio, hay que buscarla mucho más en la historia y en los principios, que en la coyuntura y en el pragmatismo. Desde este último punto de vista, podemos decir que, a partir de la firma del convenio, los productores asesores de seguros de todo el país -con la mediación correspondiente de la respectiva Asociación local-, podrán acudir a la instancia de la Defensoría en procura de solucionar los conflictos que pueda tener un cliente con su seguro, ante siniestros que generen controversia y de acuerdo, claro está, a la normativa específica que expresa el estatuto del Defensor del Asegurado (www.defensorasegurado.org.ar).
Se trata, entonces, de una nueva y valiosa herramienta que FAPASA pone en mano de sus Asociaciones y de los colegas, para que cierto tipo de conflictos se resuelvan de manera expeditiva, evitando una estéril judicialización que, lamentablemente, en muchas ocasiones termina perjudicando a ambas partes.
Ahora bien, es algo más que un interés coyuntural lo que nos ha llevado a la búsqueda de este convenio. Veámoslo de este modo: ¿qué es un productor asesor de seguros? No es ni más ni menos que un profesional independiente. Un profesional que -si cumple adecuadamente su rol-, es el punto de equilibrio entre la aseguradora y el asegurado. Punto de equilibrio que, lo sabemos, no admite a esta altura de la historia la versión “naif” del liberalismo libremercadista, que sostiene que las partes se hallan en similares condiciones para afrontar el conflicto.
La figura del Defensor del Asegurado que, en sus comienzos, pudo incluso haber alimentado algunas prevenciones en personas sumamente respetables, ha demostrado con hechos que colabora en la búsqueda de ese “equilibrio”. En este orden de cosas, remito a los lectores al balance 2012 de la Defensoría.
Ese ansiado “equilibrio”, debemos saberlo, tal vez nunca pueda ser alcanzado. Pero es posible -como dice George Sorel reivindicando de manera maravillosa a los mitos-, que genere en determinados actores del sector, esperanzas, cambios en la manera de pensar y, aun, transformaciones en las conductas. Si así fuera, objetivo logrado.
Lic. Leopoldo Varela
Responsable Área Comunicación FAPASA