Al lector

En la vida, todas las acciones y decisiones tienen un efecto principal y también alguno secundario, tal vez no buscado, pero que en definitiva puede resultar tanto o aún más importante en sus consecuencias al originalmente pretendido.

A veces, la «onda secundaria» resulta negativa pero en otras, positiva y esa cualificación es relativa y depende de la posición e intereses del observador. En un ejemplo contemporáneo, la industrialización trajo enormes beneficios a la calidad de vida de una gran mayoría de la población mundial, pero sus efectos en la capa de ozono están resultando un problema de profundas y concretas consecuencias negativas. Preguntémos a los osos polares qué opinan de la industrialización; ellos nos hablarán del calentamiento global y del derretimiento de los polos. Preguntémosles a las petroleras; ellas nos dirán que ahora es más fácil y económico perforar en el polo norte.

Por supuesto que muchas veces estos procesos sólo pueden notarse cuando se los ve con cierta distancia y perspectiva temporal.

Estas reflexiones vienen a cuento, porque anteayer -gracias a una gentil invitación- hemos asistido a la asamblea anual de ADIRA (Aseguradoras del Interior de la República Argentina), por cierto muy sobria y cálida. En ella hemos sido protagonistas de un hecho a la vez relevante, inédito y, claramente, muy positivo para la industria aseguradora: terminado el acto de la asamblea propiamente dicha, se conformó una mesa integrada por los presidentes de las Asociaciones sectoriales invitados a la reunión: ADIRA (el anfitrión), AACMS, ADEAA, AACS, UART. El tema, no menor: situación del mercado y la discusión y análisis de la marcha de PlaNeS, junto a la búsqueda de unificación de puntos de vista sobre las reformas que se avecinan y su posible impacto en la industria.

PlaNeS en sí mismo ha sido un hecho relevante en la historia sectorial al instalar, por primera vez al seguro en la agenda oficial y nada menos que con un objetivo de crecimiento. Y tan relevante como eso, el hecho de que los representantes de las Asociaciones de aseguradoras argentinas se propongan mirar por encima del marco de natural competencia y territorios ocupados, para analizar intereses comunes y buscar unidireccionalidad de criterios. Cuando miremos retrospectivamente los sucesivos hechos históricos que hemos vivido en el seguro argentino, sin duda, este «pequeño» paso significará un gran salto.

Cerremos con un dicho del lenguaje cotidiano: al poner en marcha el carro, los melones se acomodan solos. Descubrir que el carro se puede tirar mejor cuando los melones están mejor acomodados, es relevante para quien tiene las riendas y el control. Aunque para llegar a destino con éxito, el conductor siempre debe tener presente que en una industria como los seguros, donde los efectos se miden en plazos prolongados e indicadores técnicos, ir muy rápido hace más difícil esquivar los pozos, y puede hacer que en lugar de acomodarse, los melones se rompan.

De cualquier manera brindamos porque el carro está en marcha. Y porque cinco Cámaras empresariales han dado un contundente mensaje de sensatez.

Ing. Eduardo Galeazzi
Director
El Seguro en acción

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