La Pandemia y los Siniestros: Un subibaja del que no hay que caerse

Especial para El Seguro en Acción.

Por Juan José Niedfeld, gerente de Prevención y Seguridad Vial de Seguros Rivadavia.

El pasado 19 de marzo y por causa de la pandemia generada por el COVID-19, el gobierno nacional decretó una estricta cuarentena, cuyo objetivo principal fue evitar el contacto social y, por ende, prohibir circular por la vía pública a gran parte de la población.

Las pocas excepciones a esa prohibición fueron los servicios considerados esenciales, como la salud, la seguridad, la comercialización y producción de alimentos, y algunos otros, que prestan apoyo para que estos principales puedan ser brindados, como el transporte público, la limpieza o la lavandería, entre otros.

Tal medida impactó de lleno en la movilidad humana, con parámetros de disminución de pasajeros en transportes públicos de más del 95% y el tránsito vehicular también reducido a su mínima expresión.

Si bien todo comenzó con una promesa de cuarentena por quince días, en Seguros Rivadavia sentimos la necesidad de hacer un esfuerzo inmediato para poder seguir atendiendo los siniestros previos y los que sucedieran.

En un contexto totalmente nuevo, adaptamos en tiempo récord los puestos de trabajo de las oficinas a la modalidad “home office” para más de mil empleados, mientras la sociedad se debatía entre las limitaciones que imponía el temor a la enfermedad, el encierro, la normativa de cuarentena estricta y cómo hacer para cubrir las necesidades básicas, no solo de alimentos, sino también de cuidado de familiares mayores, de hijos estudiando a la distancia, de regreso a sus hogares, etc.

Dentro de este escenario enrarecido, en nuestra empresa nos empeñamos en mantener el negocio activo, con todo lo que implicaba, desde la contratación de la póliza sin contacto personal, hasta la atención del siniestro, pasando por las necesidades de verificarlo, conseguir repuestos y reparar en los casos que fuera necesario, o abonar las indemnizaciones.

Para ello, nos fueron muy útiles todas aquellas herramientas que teníamos funcionando desde nuestro sitio web y nuestras aplicaciones móviles, tanto para productores como para asegurados y terceros, que ya podían solicitar una cobertura o iniciar un reclamo, respectivamente.

Por su parte, en esta nueva situación, inicialmente se evidenció una rápida caída de la siniestralidad vial que, para el mes de marzo y a pesar de haber empezado la cuarentena el día 19, redujo la cantidad de denuncias en un 21% respecto del mes anterior, cuando la facturación de primas sostuvo un aumento respecto de febrero.

Del mismo modo, fue muy significativa la caída de lesionados y fallecidos en el mes de marzo. En los primeros veinte días, fueron en total 751 y, en los once días restantes, solo 71, lo que representó una caída proporcional del 81%. No obstante, para esos períodos, la cantidad de lesionados graves sobre el total de lesionados subió de un 8,5% a un 12,7%.

Lo anterior dejó ver que los siniestros en cuarentena fueron más graves que fuera de la misma. Principalmente, provocaron esa situación las altas velocidades y el incumplimiento de las normas viales, que nacen de una percepción errónea de los riesgos dada la falta de vehículos en la vía.

Para el mes de abril, los siniestros llevaron la misma tendencia descendente, alcanzando una reducción del 67% comparando con los denunciados en marzo, y del 73%, si los miramos respecto de las denuncias de febrero, cuando la caída de pólizas nuevas fue únicamente del 39%.

También se mantuvo la gravedad de los siniestros, puesto que, en el mes de marzo, el 3,2% de las denuncias tuvo lesionados y, en abril, esta llegó al 4,2% y, de estas víctimas, un 16% fueron lesionados graves o fallecidos.

Ya en el mes de mayo, la apertura de algunas actividades y la flexibilización de la cuarentena generaron un repunte significativo del movimiento en la calle y, por ende, en la contratación de pólizas nuevas, que volvió a los niveles de marzo.

Asimismo, esa apertura se reflejó en la siniestralidad, en función de que casi se duplicó la cantidad de denuncias recibidas respecto de abril. En mayo, el aumento de movilidad redujo la gravedad de los siniestros, siendo con lesionados el 3,5% del total y, de ellos, el 12% fueron lesionados graves o fallecidos.

En los meses siguientes, la tendencia creciente de las actividades exentas y el incumplimiento del aislamiento de cierta parte de la sociedad, por necesidades económicas mayormente, empezó a generar una movilidad cada vez más cercana a la de tiempos previos a la cuarentena.

De esta manera, se registró un incremento constante en las contrataciones de pólizas y creció también la siniestralidad que, para el mes de junio, aumentó un 35% sobre los valores de mayo y, en julio, un 11% respecto de junio, cifra que todavía no alcanza a los valores normales de antes de la pandemia.

Para los siniestros de otros ramos, asentado en que las personas estaban en sus casas y los negocios se encontraban cerrados, hubo un comportamiento similar al del ramo automotores, con una gran caída de las denuncias. Casi el 50% en el mes de abril, manteniéndose para el mes de mayo, pero con un aumento muy importante para junio y julio, originado en el crecimiento de la inseguridad, la apertura de negocios y el mayor movimiento económico y de movilidad humana.

Los aseguradores debemos estar muy atentos a las modificaciones del mercado a partir de esta nueva normalidad, tanto a las necesidades que surjan de coberturas como a la mejor y más eficiente atención de los siniestros, para seguir aportando a la comunidad nuestra función social, que se pone más de manifiesto en circunstancias especiales como esta.

En Seguros Rivadavia, todos y cada uno de nosotros está aportando su grano de arena para cumplir con este objetivo.

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